Yo no quería una tele nueva. Sólo quería probar la tele Samsung Frame de la que tanto había oído hablar. Me parecía muy bonita desde su lanzamiento, y ahora que por fin se puede comprar en 65 pulgadas era un buen momento. Yo no quería una tele nueva, ahora sí. Pero sólo esta. Ha revolucionado el salón de mi casa cambiando la pantalla negra (sí, la famosa "black mirror"), por una fotografía, una obra de arte digital, o un montaje de fotos propias. Así es la Samsung Frame de 65 pulgadas.
Hoy os abro las puertas de mi casa. Y vamos a un rincón de mi salón porque os tengo que hablar de una televisión que hemos probado. No me importaba mucho la televisión en casa. Con que fuera grande y se viera bien, nítida, era suficiente. Es más: una de mis ideas era quitarla y poner un proyector para ver cine. Las series las vemos desde la cama, el salón no queda bonito con esa pantalla negra. Pero esta televisión me ha sacado de la habitación y me ha llevado de nuevo al salón a ver las series y a aprovechar el espacio, a sentarnos todos juntos a ver cine.
Para empezar, estéticamente es finísima. La pantalla tiene un marco delgado de líneas completamente minimalistas. En su parte de atrás hay un cable único que deja completamente limpio y despejado el aparador en el que tengo la tele. Si quieres puedes colgarla en la pared y consigues efecto marco porque se logra pegar mucho gracias a su diseño y su cable único que acaba en una base (una caja negra muy elegante que en mi caso ha servido para poner la Wii-U) en la que están los "adentros" de la tele.
Otra cosa que me encanta es su pantalla antirreflectante. Tiene un efecto mate y no hay casi reflejos. Mi salón es luminoso y ver una película o serie con reflejos es terrible. Siempre estoy echando cortinas. Sin embargo con la Samsung Frame tengo ese efecto "proyector" que buscaba. Podéis fijaros en las fotos que he subido y veréis los brillos del cuadro que está colgado sobre el radiador. la imagen que hay a continuación es de la serie Anne with E, de Netflix (cuya cabecera me parece una obra de arte). El contraste con la pantalla de la tele es impresionante. Más ahora que tiene las pulgadas que merece una buena película o un buen partido. Por supuesto, es una Smart Tv con todos los beneficios que conlleva. Hemos podido instalar Netflix, HBO y Amazon Prime, todas las plataformas de las que somos abonados y que nos llevan por el camino de la ficción cada noche, desde el invierno de Juego de Tronos hasta la paranoia de Muñeca Rusa... La usabilidad de la televisión en la pantalla y del mando es muy fácil. Te acostumbras en dos minutos.
Es interesante que puedes utilizar la app Smart Things de Samsung y por lo tanto conviertes tu móvil en un mando y desde ahí además puedes gestionar el modo cuadro que es lo que me ha acabado de conquistar.
Modo cuadro: o cómo tener una ventana al arte en tu salón
Pero lo que de verdad me ha emocionado es lo que se puede hacer en su función o modo "Cuadro". La pantalla se convierte en un gran marco digital que hace que tu salón cambie por completo cada vez que quieras. Cuándo apagas la tele puedes darle una vez y se queda este "modo cuadro", queda en una especie de "modo reposo". Si haces una presión más constante en el interruptor, ya se apaga del todo.
Por supuesto, al igual que con todas las teles pueden manejar brillos y contrastes en toda su imagen y dar con lo que necesitas. Pero también en el modo cuadro, como podéis ver a continuación. Siempre de forma independiente a tus ajustes de la televisión que suelen ser más brillantes.
El modo cuadro permite varias funciones además: Puedes poner un tiempo, para que una vez la dejes en modo cuadro, se apague definitivamente tras transcurrir el tiempo que hayas programado. O puedes poner la función de detección de movimiento. Cuándo pasas por allí se enciende. Y al rato de que te vayas, con el tiempo que habías programado, se apaga.
Yo me he decidido esta semana por una fotografía en blanco y negro, que me encanta y la tengo en modo "detector de movimiento" y a la vez he programado el apagado a los 15 minutos. Cuesta volver atrás, a una tele normal, después de tanta fotografía, cuadro, paisaje. Y después de ver tu salón con una gran pantalla llena de imágenes bellas.
La televisión viene con varias colecciones de obras de arte que seleccionas y aparecen en la pantalla mientras está en modo "reposo" o modo Cuadro. Fotografías de naturaleza, arquitectura, fotografías artísticas, vistas desde el cielo... hay multitud de obras que puede seleccionar y cambiar así la imagen de tu salón y darle otro toque, igual que cambias los cojines para darle un aire nuevo. Si eres un gran amante del arte y quieres, además hay una tienda de obras de arte digital que puedes añadir a tu tele (cuestan unos 19 euros cada obra). Pero también tienes una suscripción por 4.99 euros al mes. Esto es lo que veo menos necesario de todo, pero cuánto más innecesario, más cercano al arte me parece en realidad. Es una maravilla porque encuentras obras del Museo del Prado, del Van Gogh Museum, o fotos de The New York Times o de la agencia Magnum, que son socios de esta galería digital. Desde Rembrandt hasta Munch, pasando por Gaugin, o por Da Vinci... Hay obras clásicas, pero también hay obras modernas de artistas más desconocidos. En distintas exposiciones temporales puedes ir descubriendo nuevos artistas. Para mí este es el gran placer del que disfruta con el arte y el diseño. Más de 850 obras de arte de algunas de las instituciones artísticas más famosas del mundo... se puede decir que es un buen invento.
Por otra parte, y gracias a la app Smart Thing, desde el móvil puedes enviar tus propias fotos y hacer galerías de tres imágenes, como si de un marco Ribba de Ikea se tratara o poner una sola foto. Lo único que necesitas es usar la misma wifi con el móvil y la tele.
Por supuesto en obras de arte como en fotos, puedes decidir tú la fuerza del brillo de la imagen que pones en la tele. A continuación, dejo varias imágenes para que se puedan ver galerías y cómo se puede hacer el retoque del brillo.
Para mí lo ideal es colgarla y conseguir hacer un efecto de "un cuadro más". Pero antes hay que pensar bien disposición e incluso pensar en cómo ponerla con otros cuadros haciendo un bonito juego de arte en la pared. Durante este tiempo en el que he probado la televisión he organizado un par de cenas en casa y todo el mundo ha quedado impresionado por el efecto en el salón. No pasa desapercibida.
Tengo que confesar que me ha sorprendido el precio. Ahora mismo una buena tele Samsung puede llegar a costar casi 5.000 euros. Son las QLed que tienen una tecnología maravillosa en su interior y que llegan al 8K y cuyas prestaciones cómo televisión son inmensas. Pero esta televisión, que por supuesto es 4K, tiene un estilazo impresionante y un efecto wow alucinante también, y cuesta 1.999 euros, aunque se puede encontrar de vez en cuándo en oferta por algo menos. Al publicar este post estaba por 1.918 euros. De hecho la de 49 pulgadas, está a un precio francamente interesante: 980 euros.
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La próxima versión de Samsung Frame (2019), llegará con tecnología QLed, pero no sabemos ni fecha ni precio todavía. Así que tal vez ahora es un buen momento para comprar porque la mejora de contrastes de negros y calidad de imagen, se notará, pero en el precio puede que también. Y mucho.
Más allá de la tecnología propia de la tele Samsung Frame, que a mí me tiene impactada por su brillo, su calidad y su pantalla antirreflectante, me ha parecido una maravilla que un día cualquiera, en vez de estar perdiendo el tiempo en Instagram, descubras nuevos artistas que se quedan en tu salón. También puedes dar un paseo por el Museo del Prado un domingo por la mañana mientras tomas un brunch casero en tu salón, y si invitas a alguien a cenar, puedes presumir luciendo La joven de la perla. Yo no quería una tele nueva (¿os lo había dicho ya?).
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