Ayer por la mañana arrancaba la Semana de la Moda que pone el punto final a las presentaciones de Primavera-Verano 2010: París. Que a pesar de ser la última, es justamente la más esperada. Porque es en París donde se concentra el mayor número de casas de moda de rancio abolengo: es la capital gala la que dicta las normas.
Anne Valérie Hash, Rue du Mail o la esperada Rochas (como te echamos de menos Olivier…dicen que por tu culpa Rochas hizo quiebra y que en Nina Ricci les entró el miedo y te dejaron marchar: pero eres un genio. Incomprendido, pero un genio), han sido las coleciones que le han dado el pistoletazo de salida.
Anne Valerie Hash, que también tiene un hueco en la Alta Costura y hace unos vestidos de noche que podrían ser de novia, preciosos (aquí tenéis a Jennifer Morrison con una de sus creaciones), ha presentado una colección etérea pero con tintes urbanos. Quizás demasiado. Porque lo de las Converse con minivestidos de organza…a mi personalmente no me acaba de convencer.
Con Rochas no puedo ser objetiva: no la entiendo sin Olivier Theyskens y su gótico retro chic. Nunca debieron cerrar Rochas y dejarle en la calle. Marco Zanini no lo hace mal pero es demasiado acomplicado y correcto No creo que levante el nombre de una casa de la nada. Le resta personalidad a la marca aunque seguramente la hace mucho más comercial (que es lo que estaban buscando sus directivos).
Aunque parece que no soy la única que reivindica su presencia: esta señorita (más bien señora porque es Anna dello Russo) se sentaba en el desfile con un look (la falda) firmado por Olivier. Una falda de la primera colección que firmó para Rochas y que supuso su coronación como niño prodigio de la moda.
Rue du Mail, línea satélite de Martine Sitbon, hace vestidos de fondo de armario. En todos los colores y de siluetas femeninas pero con ese toque francés que no deja que se marque nada. No son espectaculares pero sí de esos que te sacan de cualquier apuro y te duran toda la vida.
¿Expectantes para lo que queda? Yo sí, ¡y mucho!
Fotos | Style, Géraldine Dormoy, Jak&Jil