Es una de las directrices que me auto-aplico sin falta a la hora de vestir: combinar todo tipo de tejidos. Y sobre todo por la noche. Creo que habría que erradicar de una vez por todas esos falsos mitos totalmente desafasados y caducos que siguen reinando por los siglos de los siglos en los códigos de vestimenta popular.
Una de las principales creencias que funciona a modo de leyenda urbana y que suele ser uno de los peores enemigos de la mujer actual, es ese maldito tic de que la noche siempre requiere brillos, plumas, lentejuelas y sobredosis de joyas. Y ahora que se acercan peligrosamente la Navidad y Nochevieja hay que tomar medidas: no os uniforméis nunca como starlettes de barrio. Y esta regla vale también para bodas y celebraciones varias.
El postín no tiene porqué ser recargado, y la mejor manera de evitar el fracaso estilístico es, en caso de duda, tirarse a lo discreto y recatado. ¿Cómo conseguirlo? Si por ejemplo te gustan las paillettes, no te pongas joyas de oro ni boas de faisán, apuesta por un top bien brillante y combínalo con una mini falda de cuero, o tejana, y unos zapatos que no destaquen demasiado. Busca siempre el equilibrio.
No abuséis nunca de la nocturnidad, es decir, es normal que uno quiera arreglarse de más cuando sale los fines de semana, tiene una fiesta, un bautizo, o sencillamente es de las que tiene dos armarios: el de día y el de noche, pero una cosa no está reñida con la otra, puedes aplicar prendas que utilizas a diario y combinarlas con piezas solamente aptas para Cenicienta. Es el caso de lady Gabriella Windsor, la artífice de una de las combinaciones que más me ha fascinado últimamente: camiseta de algodón o tejido similar con falda extra larga de raso o seda. Sin más.
Sin abandonar la realeza, una de las hijas de Sarah Ferguson emula a Bar Refaeli en los Mtv Video Music Awards y hace suya esa mezcla perfecta entre gown y mini cazadora de cuero, si bien es cierto que salvando las distancias. Pero la dinámica es justamente esa: vestido de noche más chaqueta casual. Clutch joya y pelo suelto.
Los delicados vestidos vaporosos son otro de los aliados perfectos para resultar elegante, pero si quieres minimizar su efecto extra-recatado añádele un bolero de piel y sobre todo apunta: unos botines, porque en los complementos esté la clave de cualquier look.
Las modelos son expertas en relativizar la noche y son las impulsoras del casual-chic by night. Erin Wasson es la máxima exponente de esta nouvelle vague, y aunque en ocasiones peque de extremista, suele construir estilismos perfectos para una noche de fiesta sin tirar de manual.
Sarah Jeesica Parker es otra de las que sabe ser original y no ceñirse a la convención social del vestido largo, el moño (bueno, eso sí), y los joyones, va más allá de lo que se entiende por exquisitez al uso: sabe utilizar los imprescindibles elementos clásicos, pero arriesgar, y ese es el mejor truco. Lo ridículo es querer ser lo que no se es, y si en tu vida diaria no te subes nunca a unos tacones ni llevas nunca blazer o camisa, no hagas de tu look de noche un disfraz, adapta tu estilo sin caer en lo rancio.
Es mejor que te pongas unos tejanos y una camiseta blanca y lo combines con unos pendientes largos de piedras, un bolso joya y un buen par de zapatos, que enfundarte en el típico vestido largo con exceso de vuelo y palabra de honor, de esos que en cualquier tiende de barrio cuestan 600 euros, y te intoxiques con kilos de oros y laca.
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