El uso del corsé se generalizó a lo largo del siglo XIX. Por aquel entonces era inimaginable siquiera pensar en la silueta femenina sin este accesorio. Ocho mil trabajadoras vivían de su comercio en Francia y, aunque las críticas de los médicos hacia este accesorio iban in crescendo, su uso demostraba que esta práctica persistía porque debido a la opulencia y el desborde, la mujer estaba obligada a mantener bajo control sus carnes por aquello de la contención.
6 millones de corsés vendidos
El objeto en cuestión suscitaba auténticas pasiones. De 1828 a 1848 se registraron sesenta y cuatro solicitudes de patentes y marcas, diseñadas para que resultase más cómodo. A principios del siglo XX todavía se registraban de tres a cinco solicitudes cada mes. La producción tampoco dejaba de crecer. En 1870 se vendieron un millón y medio de corsés, y en 1900... ¡seis millones!
Los primeros visuales publicitarios para la promoción de los corsés datan de 1901. En ese año, el modelo Le Furet de Capiello Leonetto muestra una imagen de una joven luciendo corsé, y un eslogan que reza: “Proporciona la ligereza de una oriental con la gracia de una francesa!"
A pesar del éxito de esta prenda que adelgazaba la figura, afinando la cintura, disimulando la tripa, y haciendo que el pecho y el trasero sobresaliesen, el corsé fue desapareciendo a medida que la moda evolucionaba, y que los trajes se iban pegando más y más al cuerpo.
Vuelve el estilo Imperio
A principios del siglo XX, hacia 1905, los corsés que se ajustaban para afinar la cintura y subrayar las caderas empiezan a estar démodés, porque las mujeres empiezan a lucir trajes que recordaban a los del estilo Imperio, marcando mucho el pecho, pero no la cintura.
Entre los años 1910 y 1929, se produce una auténtica metamorfosis: las líneas se alargan y existe una mayor libertad de movimientos. Poco a poco se va imponiendo la verticalidad y las siluetas andróginas gracias a los primeros trajes camiseros fabricados con tela de foulards.
El mejor exponente de ello es el autorretrato de Hèlène-Clémentine Dufau (1911). La artista se pintó en un traje de inspiración oriental de color turquesa adornado con accesorios dorados y peinada con un turbante esmeralda. Esta feminista nos mira desde la tela con orgullo, consciente de la revolución que está promoviendo, y que dio lugar a la ola de orientalismo suscitada después del éxito del ballet Scherezade.
Los trajes que se usaban en las ciudades llevaban un cuello de encaje, y disimulaban las formas del cuerpo de los pies a la cabeza. Fue una época en la que las plumas de avestruz, extremadamente caras, se pusieron de moda en forma de boas de marabú. El pelo se solía recoger en un moño y el sombrero se plantaba delante buscando equilibrar la figura. Aunque pueda parecer los contrario, el vestuario femenino resulta mucho más ligero que antes, pero los cuerpos seguían estando encorsetados.
Los Locos Años 20
En 1925 fue cuando, por primera vez en la historia de la Europa moderna, la moda se atrevió a descubrir las rodillas femeninas. Un auténtico escándalo. En la foto Joven sola en el Romanisches Café de Berlin el fotógrafo (anónimo) muestra el nuevo tipo de mujer que acaba de nacer, procurando emanciparse de su estatus tradicional al tiempo que libera sus piernas.
También es cuando las mujeres se animan a cortarse el pelo a la garçonne como símbolo de emancipación: las mujeres se vuelven activas y autónomas, salen, bailan, fuman, realizan deportes al aire libre, conducen automóviles, viajan; y también porque con el pelo largo era imposible ponerse los sombreros estilo campana que empezaban a hacer furor.
El corte de los vestidos acaba haciéndose tubular, y la cintura desciende hasta las caderas dando lugar a una silueta andrógina y longilinea, donde ya no se marcan las curvas. Las fronteras entre el vestuario masculino y femenino se difuminan. El traje de chaqueta hace su aparición en escena; la camisa con cuello y puños también entran a formar parte del guardarropa femenino.
Coco Chanel introduce el blazer en su colección de 1926. El camisón se sustituye por el pijama. Algunas mujeres incluso se animan a vestirse con el traje pantalón masculino accesorizado con corbata o pajarita, gemelos, y bombín encarnando así a una feminista subvervisa, en ocasiones lesbiana.
Surge también la falda pantalón que permitía montar en bicicleta, y el traje de baño realizado en jersey. En 1924 Jean Patou lanza su línea sportswear, diseñando prendas para la famosa campeona de tenis Suzanne Lenglen. En 1927 Elsa Schiaparelli lanza una colección cuyos jerséis llevaban dibujados una pajarita a modo de trampantojo. El jersey pasa entonces a usarse en trajes dando lugar a telas con estampados geométricos de colores vivos al más puro estilo Art Déco. Durante los Locos Años 20, Coco Chanel es su mejor embajadora tanto por su manera de vestirse como por su forma de ser.
A finales de los años 20 en París existen ya varias maisons de couture entre las cuales destacan las de Jeanne Paquin y la de Coco Chanel que fueron la primeras en concebir los desfiles de moda como performances artísticas que incluían el baile, la música y un decorado además de sus diseños de moda.
Los años de la guerra
A medida que nos vamos acercando al final de la década, y de la guerra, la industria de la moda decae porque hay que hacer frente a las penurias de la industria textil. Los colores se vuelven más oscuros hasta el punto que los toques extravagantes estaban considerados como de pésimo gusto. Las chaquetas de lana o franela solían llevar doble botonadura y los hombros extremadamente marcados. La mayoría de las veces eran el resultado de abrigos que se habían cortado para reciclarlos.
Durante los años 40, la guerra vuelve a paralizar de nuevo la industria de la moda, y las telas buenas brillan por su ausencia o resultan prohibitivas. Esta situación impone una moda de circunstancias debida a las privaciones: falda corta por encima de la rodilla, hombros cuadrados, sombreritos fabricados con retales de telas o turbantes, zapatos con suelas de corcho o de madera. Las mujeres solían pintarse una falsa raya en la parte posterior de la pantorrilla para hacer creer que llevaban puestas medias de seda.
Dior instaura el New Look
En 1947 Christian Dior relanza la moda al instaurar su New Look que marcaba la cintura y preconizaba las faldas amplias debajo de las cuales se solía utilizar un cancán de tul. Como reacción al New Look Coco Chanel lanza su famoso tailleur o traje de chaqueta. Algunos hombres empiezan a utilizar pantalones vaqueros.
Pierre Cardin, André Courrèges y Paco Rabanne
Las años 60 marcan el impulso del prêt-à-porter. Surgen nuevos materiales con los que poder fabricar prendas como el plástico. Pierre Cardin crea trajes fabricados en plástico y camisetas hechas con rejilla de vinilo. Courrèges revoluciona la moda y Paco Rabanne crea un traje metálico.
Las faldas van acortándose hasta que en 1962 la diseñadora Mary Quant crea la minifalda que presenta en Londres - cuya paternidad se la disputaba con André Courrèges. Las chaquetas y las chaquetas de punto se cierran con un único botón colocado cerca del cuello. Los estampados más de moda son las rayas y los lunares. Los accesorios más chic son los foulards, las diademas y los turbantes colocados alrededor del cabello, y las gafas de fantasía de inspiración futurista. La bisutería es toda de plático y de colores vivos y alegres.
Las botas altas, por encima de la rodilla, están de rabiosa actualidad. En 1963 Roger Vivier crea los zapatos de salón con tacón de aguja. A finales de 1965, el famoso tacón de aguja creado por Salvatore Ferragamo cede su lugar al tacón cuadrado alto o bajo. La silueta femenina se vuelve geométrica, sin marcar la cintura ni el pecho. Surgen los vestidos de colores, las mallas de colores, los cinturones a la cadera, los shorts, los pantalones campana, los tops calados, los impermeables de colores chillones y la maxifalda. Sus mejores exponentes son André Courrèges y Pierre Cardin.
La moda de los años 70, con dos monstruos sagrados como Saint Laurent y Givenchy, merece una mención aparte. Os emplazo a un próximo artículo para que también podamos repasar juntos lo que dieron de sí Mugler, Montana, Gaultier y Alaïa durante los años 80.
Fotos | Corset Le Furet Leonetto Cappiello, Clémentine-Hélène Dufau, Louise Brooks, Craigboy, Mary Quant, New Look
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