Ajenos a la crisis y a los momentos de austeridad que estamos pasando, muchos diseñadores han dirigido sus miradas hacia el lujo extremo, la exquisitez y la delicadeza de telas como el brocado, que entremezcla la seda con dibujos en dorado y plateado.
Algunos diseñadores han elegido la elegancia del brocado para maravillosos vestidos de noche que te garantizarán ser la reina del baile, como Marchesa, Monique Lhuillier o Michael Kors.
Otros diseñadores prefieren su opción diurna, y utilizan el brocado para elegantes vestidos de día (como los vestidos que nos propone Michael Kors o Phillip Lim o Derek Lam), faldas (como la falda entallada de Aquascutum o la falda de vuelo de DKNY) y abrigos (con aire barroco en el desfile de Christian Lacroix o con aires folk en el de Gucci).
Yo me quedo con la opción de la falda, para llevarla durante el día mezclada con otros tejidos que contrasten y que le resten seriedad como el algodón o la lana y con unas medias tupidas, o para llevarla con una blusa femenina y tacones para una noche especial.