Ellas ya se han apuntado a revivir el espíritu encuerado de los ochenta: glam rock, estrecheces (el look strecht), y negro de rigor. La década de los ochenta hizo mucho daño, a ella le debemos las hombreras, los blazers por la rodilla y unos horribles peinados, pero también nos ha dado los colores estridentes (fluorescentes), los tejidos brillantes, y el uso de metalizados; la cultura urbana, los grandes Thierry Mugler y Azzedine Alaïa, los piratas de Vivienne Westwood, y la Madonna de Jean Paul Gaultier.
La napa y el látex fueron dos de los elementos recurrentes en la vestimenta de las mujeres ochenteras, y ahora, parece que vuelven en forma de faldas en su mínima expresión.
A mí lo corto me gusta, siempre que no se pase de minimal, pero lo excesivamente ajustado, no me va, eso sí, veo a Selita Ebanks (modelo que os sonará de los desfiles de Victoria's Secret), Ashley Olsen y Nicky Hilton y me encantan sus looks a pesar de lo extremado.
Vía | people