Zapatos-peluca, zapatos-quitapolvos o incluso zapatos-yeti, da igual cómo les llamemos ni cuánto neguemos su existencia, Gucci los ha subido a la pasarela y ya comienzan a vislumbrarse como el próximo must de fashionistas y egobloggers. Cómodos y confortables parecen, estéticos no tanto, aunque a lo mejor a fuerza de verlos acabamos aceptándolos como a las Birkenstock.
Hace varios años el término “ugly shoe” sonaba extraño y confuso, hoy en día es parte de nuestras vidas (y armarios). Las Birkenstock democratizaron el calzado haciendo un hueco para los zapatos feos pero cómodos, a ellas se les sumaron las Teva, las cangrejeras y por último, los zapatos con suela track y las flatforms. Ahora pasado el verano, los mocasines made in Gucci han decidido incorporar pelo interior e incluso exterior, coronándose como el ugly shoe del momento.
Es posible que a Alessandro Michele se le haya ido de las manos esta creación, o también es posible que dentro de unos meses los mocasines-Chewbacca llenen las estanterías de las cadenas low-cost, y por consiguiente miles de armarios de seguidoras de la moda.
¿Seréis capaces de admitir diseños como éste a fuerza de verlos o mantendréis vuestro “nunca jamás” firme esta vez?
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