Durante mucho tiempo, el rosa era sólo un color que usaban tanto las mujeres como los hombre indistintamente. Entre 1720 y 1775 la corte francesa era quien dictaba la moda. Los nobles ricos solían vestirse de rosa, y cuando donaban sus trajes a la iglesia, ésta los transformaba en vestiduras litúrgicas. Famoso es el retrato realizado por el pintor George Romney - el retratista más famoso de la época - a Sir Francis Lind, en 1776, en el que posa luciendo un chaleco de seda de color rosa a juego con la silla donde aparece sentado.
Un hombre de Oxford siempre debería tener en su guardarropa un traje de tres piezas de color rosa
En 1927 la revista Time encuestó a los diez grandes almacenes más importantes del país para saber si asociaban los colores azul y rosa con los niños y con las niñas. El resultado de la encuesta era que la mayoría de ellos vestían de blanco porque aunque era un color sucio, también era el más fácil de limpiar.
Hay una escena en la película El Gran Gatsby en la que Tom Buchanan le comenta a Gatsby que un hombre de Oxford siempre debería tener en su guardarropa un traje de tres piezas de color rosa. Gatsby tomó buena nota, y eligió para los colores del equipo de fútbol que patrocinaba... ¡el rosa y el negro!
El impresionante vestido de Mamie Eisenhower
Quienes se dedican al estudio del color aseguran que hasta mediados del siglo XX, el color rosa no se convirtió en un color girly. Muchos historiadores apuntan que fue la elección de Dwight Eisenhower como presidente de los Estados Unidos lo que marcó un antes y un después. Os explico: Mamie Eisenhower, su amante esposa, se presentó al baile inaugural de la toma de posesión de su marido con un impresionante vestido de baile realizado en tafetán rosa adornado con 2.000 cristales que reproducían diminutos diamantes y unos guantes largos del mismo tono.
En una época en la que las mujeres habían tenido que abandonar sus hogares para sustituir a sus maridos en las fábricas - por lo que todavía vestían cómodamente con pantalones de peto vaqueros y grandes zapatones -, la visión de Mamie y su vestido de baile rosa debió causar un fuerte impacto.
Que el rosa era el color preferido de la Primera Dama no fue una anécdota sino algo algo que todos pudieron ir comprobando con el transcurrir de los meses. Durante la administración de Eisenhower, Mamie decoró muchos salones con este color, y hasta se publicaron unas fotos de la nueva cocina que había mandado hacer, también de color rosa. Llegó un momento en el que la gente comenzó a referirse a la Casa Blanca como The Pink Palace, pero lo cierto es que en muchos hogares las señoras empezaron a imitar el ejemplo de la Sra. Eisenhower.
Grace Kelly y otras princesas de rosa
El rosa se había puesto de moda y era tendencia. Muchas actrices y cantantes no dudaron en aparecer vestidas de rosa durante sus actuaciones tanto en la gran pantalla como en los teatros. En estos momentos me estoy acordando de Marilyn Monroe interpretando la canción Diamonds are a girls best friends en la película "Los caballeros las prefieren rubias" (1953), o en esas fotografías de archivo de la actriz Jayne Mansfield en la que se la veía casarse vestida de rosa, conducir un descapotable de color rosa y hasta pintar la fachada de su casa en ese color.
Muchas fueron quienes se inspiraron en ese color para casarse. En la actualidad no nos damos cuenta porque la mayoría de las fotografías de la época eran en blanco y negro pero Grace Kelly se casó con un precioso traje de encaje de un suave color rosa realizado por Helen Rose responsable de vestuario de la Metro Goldwyn Mayer, y las actrices Dorothy Dandridge y Jane Seberg también.
Si nombro a Rizzo, Frenchy, Marty y Jan los nombres quizá no os digan nada, pero si os digo que así se llamaban las Pink Ladies de la película Grease seguro que a más de uno le suenan. Cuatro chicas malas del instituto Rydell que se hacía llamar así porque defendían el espíritu pandillero y una feminidad desinhibida y desenfadada, utilizando para que todo el mundo la distinguiese unas cazadoras de color rosa que llevaban bordadas en la espalda el nombre del grupo. Por lo visto, esta pandilla existió en la realidad (1953-1955), y llegaron a ser alrededor de unas 50. Les gustaba el voleibol y salir a bailar, y para que se las considerase un club deportivo social participaban en las obras caritativas de la policía.
Con el paso de los años, el rosa ha ido evolucionando, pero se ha convertido en el color preferido de las niñas y en un sinónimo de feminidad propio de criaturas románticas y delicadas aunque muchos lo asocian con un exceso de dulzura y de sentimentalismo.
Curiosamente, al crecer, tanto las mujeres como los hombres pasan a considerar al rosa como un color infantil o como un color simbólico de una feminidad definida como lo contrario de la masculindiad, pero en un sentido negativo. ¡Acordaros sino de las Barbie Girls! Sin embargo, a medida que se va envejeciendo el rosa vuelve a gustar pues es un color que se asocia con la juventud cuando la vida era de color de rosa, y los amantes se encargaban de susurrarles palabras de amor haciendo que las penas desapareciesen como cantaba Édith Piaf.
El mejor exponente que se me ocurre para ilustrar este hecho es mostraros una foto de la escritora de novelas románticas Barbara Cartland - abuela de la desaparecida Lady Di -, quien siempre iba vestida de color rosa de los pies a la cabeza y con sombreros de plumas, que fue enterrada a su muerte en el año 2000 vestida con su color favorito en su mansión al norte de Londres debajo de un roble que plató Isabel I en 1550.
Vía | Vox
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