Es dominatrix financiera y ha amasado una fortuna haciendo que los ricos le paguen por administrar sus finanzas con BDSM

Aunque en la era de los influencers, los creadores de contenido, OnlyFans, los cripto bros y las fotos de pies a precio de oro pueda parecer que si te sigues levantando todas las mañanas para echar una jornada de ocho horas por cuenta ajena es porque quieres, lo cierto es que sigue siendo igual de difícil que siempre ganar dinero. No obstante, existen casos de personas que pueden presumir de haber conseguido montárselo muy bien. Una de ellas es Harper Thornhill, una mujer inglesa de 35 años, más conocida profesionalmente como la Condesa Diamond, y cuya profesión describe como "dominatrix financiera".

La de Thornhill, casada y madre de dos hijos, es una de esas historias que hacen que uno se sienta un poco peor consigo mismo cuando suena el despertador a las siete de la mañana y es que asegura ganar seis cifras administrándole el dinero de altos ejecutivos y banqueros. Pero no es que sea asesora financiera... Al menos no al uso.

Y es que ella ha encontrado un nicho fusionando dos mundos que, en principio, tienen tan poco que ver entre sí como son el de las finanzas y el BDSM. De este modo, los clientes de esta dominatrix financiera buscan la emoción de que otra persona tome el control absoluto de su dinero empleando el mismo lenguaje que se usa para tratar con los sumisos sexuales.

Además, Diamond ni siquiera tiene que tratar con ellos en persona porque sus servicios los presta principalmente online. Así, ordena a sus "esclavos" a que le den acceso a sus cuentas bancarias para restringir sus gastos, controlar sus decisiones financieras... Un fetiche del que ella se lleva un buen pellizco.

No obstante, el objetivo de esta dominatrix no es aprovecharse de sus clientes y llevarlos a la ruina sino que realmente trabaja como su asesora para mejorar su situación financiera. De hecho, para realizar su trabajo consulta con un contable y un gestor de fondos.

De este modo, aunque sea utilizando un lenguaje fuera de lo común, exige lo que cualquier otro profesional del sector pediría: pagar deudas, destinar dinero a la pensión, invertir, recortar gastos...

Esta práctica recibe el nombre de "findom" y sus clientes el de "paypigs" ("cerdos pagadores" en español) y sigue la dinámica normal entre dominante y sumiso, donde la excitación y el morbo residen en ceder el control. De momento, a Diamond le ha permitido poder dejar su trabajo convencional y dedicarse en exclusiva a algo que le divierte.

Foto de portada | countessdiamond.co.uk

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