Ahora lo llaman color maquillaje, pero ha sido el color carne de toda la vida, aunque su rebautizo hace que gane en atractivo, por mucho que sea lo mismo (a mi es que el color carne me recuerda a las medias de espuma de maruja y a la ropa interior menos sexy que exista). La primavera pasada, los tonos nude o skin tones ya se hicieron con nuestra atención, y es que nunca la ausencia de colorido estuvo tan de moda.
Y este invierno, ha vuelto con fuerza de la mano de todos los diseñadores, desde Prada, que lo ha empleado para crear maravillosos vestidos de líneas sencillísimas, y trajes a base de encaje (que se han repetido hasta la saciedad), pasando por firmas como Bottega Veneta, que ayer mismo vestía a Rosario Dawson en el estreno de su última película con un estupendo minivestido en tono acaramelado.
O Givenchy, que hizo lo propio hace unos días con Keri Russell, también con una de sus propuestas para el próximo verano 2009, ratificando así la tendencia hasta bien entrado el año.
Fotos | thefashionspot