En verano compre un par de vestidos, de esos ligeros, con tirantes o sin manga; uno en estilo vaporoso y el otro con dibujos sesenteros. Quedé encantada. Después el verde se adueño de mi en un tipo de wrap dress y fuí feliz durante un tiempo. Pero el frío comenzó y mi creencia errada era que los vestidos se quedarían en el armario hasta el próximo cambio de estación.
Cuan equivocada estaba, porque al parecer el vestido es una pieza fundamental de la temporada, sobretodo en combinación con la prenda estrella: los leggins. En este pequeño revival de los 60's y 80's con sus minivestidos o blusones largos se encuentra lo mejor de lo mejor.
El vestido que se lleva no es un estilo pulido y de líneas claras, no es ese "little black dress" para cualquier ocasión. Este Otoño-Invierno el vestido que todas debemos tener en el armario es corto, demasiado corto, con mangas o sin ellas, eso es elección de cada una, estampado o liso, en algodón, punto, spandex o cualquier otro material comodo y que se amolde a la figura de forma relajada. El vestido que se lleva es el ideal para cada una, pero siempre guardando el estilo vintage.
En el de Zara nos encontramos con un estilo completamente setentas en satín estampado, mientras que Topshop nos trae un vestido de cashmere gris perfecto para el frío y Miss Selfridge nos propone un look más romántico estilo Casa de la Pradera. Por otra parte Mango nos muestra una mujer más casual a rayas con el tan trendy fajín marcando la cintura; el de H&M es un perfecto para la noche, palabra de honor negro con una caída fabulosa que combinado con unas sandalias en oro te hará toda una "dancing queen"; mientras que el de Bershka es el más puro estilo rockero.
Pero en el vestido de calle no sólo los nombres más comerciales salen a relucir. Nombres conocidos como Stella McCartney, Dolce & Gabbana o Alexander McQueen nos muestran vestidos por docenas. Así que ya saben, yo volvere a usar los míos con un par de botas y un buen abrigo por encima.