Giorgio Armani ha presentado en la Semana de la Moda femenina de Milán un Otoño-Invierno 2008/09 espectacular. Una mujer versátil y libre que ama la elegancia y la cultura china o japonesa, hasta el punto de que no duda en vestir en los momentos importantes largas faldas estampadas y chaquetillas inspiradas en el Extremo Oriente. Aunque viendo algunos de los diseños yo diría que está inspirada en la cultura española, ya que hay un diseño precioso, como si de un mantón de manila se tratase. Y es que Armani exhibió vestidos con miles de pequeños volantes multicolores que combinaban con chals de los mismos tonos.
El diseñador italiano volvió a sorprender con la elegancia y sencillez de sus creaciones. Destacan los pantalones maxi, en anchura principalmente, y con pinzas a los lados, detalle que particularmente no me gusta. Los tejidos empleados son cálidos, principalmente el terciopelo, ideal para el frío invierno.
Otras propuestas que cabe destacar son las faldas largas estampadas de seda y otras voluminosas, algunas de ellas abullonadas a la altura del tobillo o las chaquetas cortas de terciopeloque, que van acompañadas de cinturones del mismo tejido. Armani también mostró vestidos largos plisados, de colores oscuros, aunque muy brillantes. Como complemento la estrella fueron los bolsos grandes.
Los vestidos-abrigos fueron otra de las apuestas de la casa italiana, que cerrados hasta el cuello y de colores suaves (rosa palo) resaltaron su tradicional y reconocida elegancia en un desfile que mostró capas de pieles con cuellos maxi.
Fotos | Vogue