Toda excusa es buena para visitar Londres; lo difícil es saber a qué dedicar nuestro tiempo entre una oferta cultural y de ocio que abruma. En este caso, aprovechamos que estábamos en la ciudad para entrevistar a Hailey Baldwin y asistir a la fiesta The Event Paper de Stradivarius, para irnos, nada más y nada menos, que a la casa de la reina. Sí, acudimos a Buckingham Palace, a visitar la exposición Fashioning a Reign: 90 Years of Style from The Queen's Wardrobe, que recoge los mejores vestidos de Isabel II y nos permite viajar por la moda de los últimos 90 años a través de su figura.
Visitando el Palacio de Buckingham
Visitar el palacio de Buckingham no es sencillo. Solo está abierto unas determinadas fechas cada año; concretamente, en 2016, solo entre el 23 de julio y el 2 de octubre. Es la consecuencia de que se trate de uno de los pocos palacios reales del mundo que continúa en funcionamiento, y que sirve como vivienda y lugar de trabajo de los monarcas. Vamos, que hay que aprovechar que la reina está en Balmoral de retiro veraniego para visitar su casa.
Cualquier visita a Buckingham de las disponibles, incluye el recorrido por los State Rooms, es decir, el salón del trono, los diferentes salones donde se recibe a las autoridades de otros países que visitan a la reina y el salón de baile. Y es precisamente ahí, en el salón de baile y su comedor anexo, donde encontramos la exposición Fashioning a Reign: 90 Years of Style from The Queen's Wardrobe.
90 años de historia de la moda británica... y mundial
En la entrada a la exposición nos recibe el cuadro de Andy Warhol Queen Elizabeth II of the United Kingdom, cedido temporalmente por la Tate para la ocasión. Un recibimiento espectacular antes de entrar al comedor anexo al salón de baile, donde 10 maniquíes, vestidos con trajes originales de la reina, nos invitan a un recorrido por el último siglo de la moda británica y europea a través de sus estilismos más representativos por cada década.
Para la década de 1920, los conservadores de la exposición han elegido el faldón de bautismo de la reina Isabel. Aunque, en realidad, el traje que podemos ver no es el original, creado en su día para el bautizo de la hija mayor de la reina Victoria y utilizado por todas las generaciones posteriores, hasta el nacimiento de George, el hijo del príncipe Guillermo y Kate Middleton. Para esa ocasión, se creó una réplica, que también ha utilizado su hermana Charlotte, y que es el que podemos ver en la exposición. Para la década de 1930, seguimos con trajes infantiles; en esta ocasión, con los vestidos que lucieron la reina Isabel y su hermana Margarita con ocasión de la coronación de su padre, en 1936.
La moda de verdad comienza con la década de 1940. Ya convertida en heredera al trono, en 1947, con 21 años, Isabel II lució un espectacular vestido de satén y terciopelo en color negro, diseñado por Norman Hartnell, su diseñador fetiche. La línea del vestido se inspira en el new look con el que Christian Dior había revolucionado el mundo de la moda ese mismo año.
También de Norman Hartnell y también negro es el vestido elegido para representar la década de 1950, un diseño que Isabel II lució en 1956, para un estreno en Leicester Square en el que coincidió nada más y nada menos que con Marilyn Monroe. En la década de 1960, Isabel II continúa con su confianza en Norman Hartnell, en esta ocasión con un traje de chaqueta blanco ribeteado en azul, que sigue las líneas rectas típicas de la época.
Los años 70 trajeron unas líneas fluidas a las que ni siquiera la reina fue ajena. Para el 25º aniversario de su reinado, el Jubileo de Plata, volvió a confiar en el mismo diseñador para que le creara un alegre vestido de seda con estampado de flores y sombrero de paja a juego. También en la década de 1980 se siguió la moda imperante, aunque, en esta ocasión, con un cambio de diseñador. Hardy Amies fue el encargado de diseñar un traje en trampantojo, en una única pieza que simula un conjunto de falta y chaqueta corta muy marcada en los hombros, en color morado, que la reina utilizó para una visita a China.
Para la década de los 90, los comisarios de la exposición han elegido el conjunto de abrigo y sombrero color carmesí que Isabel II lució para la inauguración del Eurotúnel en 1994. Y, para el inicio del nuevo milenio, el traje de seda azul brocado con tulipanes, diseño de John Anderson, que vistió en el 100º cumpleaños de la Reina Madre.
El repaso por el último siglo de historia de la moda termina con el traje que lució en 2012, en la histórica ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos de Londres. Un vestido plisado en color rosa con el que protagonizó aquel inolvidable vídeo junto a Daniel Craig James Bond. Curiosamente, de ese vestido se realizaron dos modelos exactamente iguales: uno para ella y otro para la doble que se lanzó en paracaídas sobre el estadio de Wembley.
Los vestidos más regios de la monarquía británica
Después de recorrer la historia de la moda, pasamos al salón de baile, donde se exhiben las dos joyas de la corona (nunca mejor dicho) de la exposición. A un lado del salón, el espectacular vestido de novia de Isabel II (1947), diseñado por Norman Hartnell e inspirado en la Primavera de Botticelli.
Y, al otro, el vestido de su coronación (1953), creado por un diseñador especializado en trajes teatrales y plagado de motivos de los diferentes territorios británicos y los dominios de la Commonwealth.
En el apartado dedicado a sus atuendos militares, adquiere especial importancia el manto de la Orden del Imperio Británico que hubo que diseñar específicamente para ella, después de siglos utilizando el mismo para los anteriores monarcas. ¿El motivo? Que el manto original estaba pensado para que los reyes lo lucieran con pantalones debajo y... claro, la reina de Inglaterra no podía usar pantalones. Se convocó un concurso entre los estudiantes de diseño del Royal College de Londres y una joven estudiante fue la encargada de confeccionarlo. El apoyo de la reina al diseño británico es algo que queda claro a lo largo de toda la exposición, en la que no destaca ni un solo diseño de fuera de los confines de la isla.
La visita acaba con la exhibición de decenas de trajes icónicos de Isabel II, como el diseño de Ian Thomas que lució en la boda del príncipe Carlos y Diana o el vestido amarillo que llevó en la boda del príncipe Guillermo. Encontramos piezas muy originales, como todas aquellas que se adaptaron especialmente a las costumbres culturales de los países que visitó la reina en sus más de 150 viajes fuera del país. El punto final lo pone un anexo con sus sombreros más representativos, de diseñadores como Simone Mirman, Frederick Fox o Philip Somerville.
Datos prácticos
La exposición estará abierta en el palacio de Buckingham hasta el domingo 2 de octubre. Si no llegamos a tiempo a visitarlo, podremos disfrutarla después en el Castillo de Windsor. La entrada es gratuita con el acceso al palacio. La opción más barata es la entrada solo a los State Rooms, que cuesta 21,50 libras (unos 25 euros). Toda la información sobre la exposición puede consultarse en su página web.
Imágenes | Wikimedia Commons, Gtresonline.
En Trendencias | 5 Lecciones de estilo de Isabel II. (Feliz cumpleaños, Majestad)
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