Y eso lo sabe muy bien Rihanna, que se ponga lo que se ponga siempre le confiere a todo una pátina punk-rock inevitable, especialmente a los vestidos de flores, para que luego digan que son exclusivos de un look romántico.
Si es que el estilo personal y los complementos lo hacen todo. Basta cambiar los elementos clásicos y recatados por accesorios rompedores y cañeros como unos botines de cordones peep-toe, pulseras exageradas, de pinchos o tachuelas, y lo último en manicura: las uñas de las manos y los pies de distintos colores, a poder ser, rojo y negro.
Una de las propuestas que me encantan en cuanto a contraste de tejidos y estampados es la del naif Paisley con el cuero. Y es que parece que los tintes puritanos y bucólicos al cien por cien han pasado a mejor vida y lo que pega es dejar de lado los total looks y mezclar corrientes y tendencias para crear un estilo lo más ecléctico posible.
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