Aunque los pueblos costeros de la Costa Brava suelan llevarse casi toda la fama de Cataluña, hay otros menos conocidos que también tienen su encanto particular, están mucho menos masificados y se encuentran más cerca de Barcelona ciudad. Este es el caso de Sant Pol de Mar, una localidad costera en la que, además, se come increíblemente bien.
Solamente por su marcado carácter marinero y lo típicamente mediterráneo que es este pueblo del Maresme ya merece una visita. Calles estrechas, casas blancas y escalonadas y una costa recortada por playas de arena limpia y granulada delatan su situación geográfica. Mientras que la arquitectura de los edificios, las playas de pequeñas dimensiones o la gastronomía dominada por los platos tradicionales con productos del mar, nos hablan de su identidad de villa pesquera.
De hecho, se enorgullecen de seguir conservando vivas una tradición, cultura y raíces ligadas al mar que también siguen presentes en sus ferias y fiestas populares. Por otro lado, también suponen un gran reclamo las excelentes temperaturas de la costa catalana, que hacen posible disfrutar de sus playas durante gran parte del año y practicar multitud de deportes náuticos.
Los orígenes de Sant Pol de Mar se remontan a la de su antiguo monasterio benedictino que, además, le ha dado nombre. En la actualidad, el pueblo posee una interesante variedad arquitectónica apreciable en las fachadas de sus edificios mientras se pasea por sus calles, plazas y rincones con encanto.
Los estilos van desde las construcciones de tipo marinero, románico, neoclásicas, modernistas o novecentistas, hasta los edificios financiados por los indianos de la época que, al volver de las américas, mandaron construir sus casas como símbolo de la bonanza obtenida de sus viajes.
Incluso, en la línea de la costa se observan diferentes fortines de la época de la guerra civil. Uno de ellos se puede visitar de forma guiada el primer sábado de cada mes (de marzo a diciembre) para conocer algunas curiosidades de la guerra civil en Sant Pol, el Maresme y, en general, en toda la franja de la costa catalana.
No obstante, las antiguas casas de pescadores se encuentran junto a Sant Pau, una iglesia del siglo XI que incorpora algunas secciones del VI y del X. Aunque, para contemplar el estilo gótico tardío se puede visitar la iglesia parroquial de Sant Jaume (s. XVI), donde una antigua torre defensiva se ha convertido en campanario.
Para los que busquen modernismo, la Escuela Pública y el Can Planiol, son sus dos construcciones más destacadas. Aunque si nos alejamos un poco, e los alrededores de Sant Pol de Mar, hay interesantísimos restos arqueológicos tales como el poblado íbero-romano de El Farell o la Torre Martina.
Foto de portada | Manuel Torres Garcia
En Trendencias | Las 34 escapadas románticas por España para hacer en pareja en las que quizá no habías pensado
En Trendencias | Los 31 pueblos más bonitos cerca de Barcelona para una escapada de fin de semana
En Trendencias | Las mejores series de Netflix que puedes ver ahora mismo
Ver 0 comentarios