Agua a 23 grados todo el año: la piscina natural cerca de Lugo en la que seguir bañándonos en otoño e invierno

El verano ya es oficialmente historia. Sin embargo, que bajen las temperaturas no es algo que disuada a todo el mundo de querer seguir disfrutando de la naturaleza y, en especial, de un buen baño. Para todos ellos, las piscinas termales de Ourense pueden ser la salvación. Sin embargo, si prefieres un lugar menos conocido, en Lugo hay unas aguas que se mantienen todo el año a una temperatura de 23 grados, además de atribuírseles propiedades curativas.

Situada en la parroquia de Codesido, la Charca do Alligal es una afamada poza de aguas termales convertida en piscina que se encuentra en medio de un bello paraje natural rodeado de abedules. Actualmente, es una balsa circular de treinta metros de diámetro. De su suelo de arena brotan diferentes hoyos del manantial, perceptibles por las burbujas que se pueden ver ascender.

La charca dispone de fuente, un amplio aparcamiento y, durante la temporada de verano, también se abren al público sus vestuarios, aseos y bar. Además, en las cercanías de este paraje se sitúa un hotel-spa que aspira a convertirse en balneario.

La fama de las aguas de la Charca do Alligal se ha extendido debido a la tradición y a numerosas leyendas relacionadas con las propiedades curativas y el poder milagroso das sus aguas. Especialmente, los bañistas esperan sentir alivio con dolencias relacionadas con problemas reumáticos y afecciones crónicas de la piel. Incluso hay quienes dicen que ayuda a rejuvenecer.

Aunque a la charca va gente durante todo el año, principalmente los fines de semana, es en verano cuando recibe una mayor afluencia. Así que visitarla en otoño y en invierno es de lo más recomendable. Y no solo para poder tomar las aguas con tranquilidad sino para disfrutar del contraste de temperaturas.

Además, existen diferentes posibilidades para llegar hasta ella haciendo senderismo. Estas rutas de dificultad baja, no obstante, no están señalizada. Recorren caminos llanos rodeados de vegetación típica gallega y por los que encuentras pequeños arroyos, puentes y explotaciones ganaderas del tan conocido queso ahumado San Simón da Costa.

Foto de portada | Turismo Villalba

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