La bonita ciudad mediterránea en la que veranearon Elizabeth Taylor o Brigitte Bardot y que ahora es el paraíso del turismo oscuro

Aunque ahora su nombre no te suene de nada, Varosha fue uno de los destinos turísticos más famosos del Mediterráneo. Más de cien hoteles, restaurantes y discotecas abrían sus puertas a un selecto público cada día. Aunque de eso hace ya casi medio siglo... Y es que un conflicto entre países hizo que sus calles quedaran vacías y abandonadas y que su próspero futuro se desvaneciera.

Varosha, es un distrito de la ciudad chipriota de Famagusta en la República Turca del Norte de Chipre. En los años 70, esta zona costera se convirtió en uno de los destinos turísticos más populares del mundo. Era descrita como" la riviera francesa de Chipre" y en sus lujosos alojamientos y restaurantes se dejaban ver actores, políticos y artistas de la talla de Elizabeth Taylor, Raquel Welch o Brigitte Bardot, entre muchos otros.

Por lo tanto, en aquella época era el centro del arte y de la actividad intelectual de Chipre. Sin embargo, viviendas y establecimientos quedaron abandonados en el verano de 1974, cuando el ejército Turco invadió la zona y cruzó fuego con el Grecochipriota en las calles de Famagusta. La población huyó de la ciudad que, desde entonces, permanece vacía.

Durante la invasión, el ejército turco tomó el control de la zona y la valló. Ahora es conocida popularmente como la "Línea Verde" y una resolución de la ONU impide "asentarse a cualquier persona que no sean sus habitantes". Esto ha tenido como consecuencia que acabe convirtiéndose en una ciudad fantasma. Sin embargo, con el llamado "turismo oscuro", ahora ha vuelto a atraer visitantes a los que les gusta viajar a lugares asociados con alguna tragedia histórica.

De este modo, algunas partes se han reabierto para ofrecer visitas guiadas y explotar la zona como atracción turística. Todo ello a pesar de que muchas áreas permanecen todavía cercadas y la entrada está prohibida. El atractivo que encuentran es observar cómo sus calles se han quedado congeladas en el tiempo y también cómo la naturaleza ha tomado el control con maleza y dunas de arena invadiendo el paseo marítimo.

Otra imágenes curiosas que ofrece el lugar son un concesionario todavía con coches de los años setenta o escaparates con maniquíes vestidos a la moda de la época. Aunque, tal vez, lo más curioso de todo siga siendo que los turistas hayan podido volver antes a Varosha que sus propios habitantes.

Foto de portada | Zairon

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