¿Hay algo más romántico que una despedida en el aeropuerto, pocos minutos antes de coger un avión? Puede que esos momentos de besos y abrazos antes de entrar en la terminal tengan los días contados o, al menos, que nos cuesten algo de dinero extra, si tenemos en cuenta las políticas sobre este asunto que están adoptando diferentes aeropuertos del mundo. Sí, hay políticas de tiempo máximo o zonas específicas, conocidas ya en algunos lugares como Kiss & Fly («besar y volar»). Ver para creer.
La última noticia en salir a la luz pública se refiere al aeropuerto de Glasgow, donde se ha establecido una tarifa de dos libras para todos los coches que detengan en las proximidades de la terminal para dejar a sus familiares o amigos, por un tiempo máximo de diez minutos. Se une así a otros aeropuertos británicos, como Heathrow, Stansted, Luton o Gatwick (en Londres), Edimburgo y Manchester, donde también existen diferentes tarifas similares, conocidas como kiss-and-drop, kiss-and-fly o kiss-and-goodbye.
El pionero en el sistema Kiss and Fly parece haber sido el aeropuerto de Aalborg, en Dinamarca, donde el servicio es gratuito pero limitado a tres minutos exactos. Lleva en vigor desde 2008 y la decisión de crearlo respondió a la necesidad de acabar con los atascos que provocaban los coches detenidos en las inmediaciones de la zona de salidas.
Otro aeropuerto que cuenta con la misma medida es el de Luxemburgo, cuyo aparcamiento Kiss & Fly acaba de ser reformado y cuenta con 345 plazas, gratuitas durante los primeros quince minutos, tiempo que parece suficiente para esos besos de despedida. También existen estas zonas en diferentes aeropuertos de Alemania, en el de Niza (Francia), el de Bérgamo (Italia), el de Copenhague (Dinamarca) o el de San Francisco, en Estados Unidos, entre otros.
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