México era el país de mis sueños desde mucho antes de ir de vacaciones, no os voy a mentir. Como aficionada a las telenovelas mexicanas, y muy fan de algunos músicos y cantantes del país azteca, soñaba con visitar las calles de la zona colonial de México desde mucho antes de poder cumplir mi sueño.
Hace unos cuantos años tuve la oportunidad de visitar la zona colonial del país con buenos amigos y amigas mexicanos y, desde entonces, recomiendo la experiencia a cualquiera que quiera escucharme. Y es que, todos conocemos las maravillas de las playas mexicanas y sus "todo incluídos", pero adentrarnos en el país y conocer la zona colonial es una experiencia más desconocida que merece la pena vivir.
Qué ver en la zona colonial de México
Durante la época colonial, se construyeron alrededor de Ciudad de México una serie de pueblos y ciudades siguiendo un modelo de construcción que se consideraba castellano. Todas ellas cuentan con una gran plaza central, calles empedradas organizadas en perpendicular, en cuyos alrededores podemos encontrar casas, edificios y palacios de corte español.
Hay algo que todas ellas tienen en común y es que perderte por sus calles es perderte por la historia mexicana y el colorido. A cada paso encontraremos un elemento histórico ante el que tendremos que pararnos y no podremos evitar sentir el embobamiento y la alegría ante las preciosas pequeñas y coloridas casas mexicanas.
Santiago de Querétaro
La capital del estado de Querétaro queda a tan solo cuatro horas de Ciudad de México y es el sitio principal en el que me quedé durante mi viaje a México. Sus calles coloridas y con olor a comida mexicana te invitan a pasear sin descanso y sus gentes alegres y amables te lo facilitan todo.
- Tranvia de Querétaro: este precioso y pintoresco tranvia no solo nos llevara por las zonas más emblemáticas de Santiago de Querétaro, sino que por su belleza e historia merece que nos paremos a buscarlo y a subirnos en él. Por toda la ciudad mexicana podemos ver pasear estos tradicionales tranvias recorriendo lentamente sus calles.
- El cerro de las campanas: uno de los lugares que más me impacto durante mi visita a Querétaro fue el cerro de las campanas, donde fusilaron al emperador Maximiliano, a Miguel Miramón y a Tomás Mejía. Allí encontraremos una capilla construída por el Gobierno Austríaco. A pocos metros encontramos una estatua gigante de Benito Juarez, desde donde tenemos unas espectaculares vistas de Querétaro.
- Teatro de la República: en pleno centro de Querétaro nos encontramos con el lugar donde se cantó por primera vez el himno nacional. Es de imaginar, por tanto, la importancia que este edificio construido en 1852 tiene en la historia mexicana. Actualmente se puede visitar de lunes a sábado de 10 a 14h.
- Acueducto de Querétaro: el acueducto de Querétaro es el segundo más grande que existe en el mundo después del de Segovia. Fue construído en 1726 con cantera rosa y mampostería, lo que le da su característico color. Es visita obligatoria si estamos en la ciudad.
- Palacio de Gobierno: este palacio, también conocido como Casa de la Corregidora es uno de los edificios más históricos de la ciudad. Ahora es el Palacio de Gobierno, pero en su momento llegó a ser tanto Casa Real como una cárcel. A la casa se la llama "de la Corregidora" en honor a Josefa Ortiz de Dominguez, esposa del Corregidor Miguel Dominguez, ambos simpatizantes y colaboradores de la Independencia Mexicana. El edificio se encuentra en la plaza principal de la ciudad.
- Árbol de la amistad: uno de mis lugares favoritos de Querétaro, aunque quizás no tan emblemático, es su Árbol de la amistad, que siempre me recordará el buen trato que recibí en esta ciudad. Se trata de un árbol de unos 30 metros con el que la ciudad simboliza la amistad que nos ofrece el estado de Querétaro, su hospitalidad y afecto. Todo cierto si me preguntáis a mí.
San Miguel de Allende
San Miguel de Allende es una ciudad pequeña, pero está considerada Patrimonio cultural de la Humanidad y mires donde mires verás un motivo para ello. En esta ciudad se rodaron parte de las escenas de la película El mexicano (Once Upon a time in Mexico) con el actor español, Antonio Banderas, Johnny Depp y Salma Hayek.
- Parroquia de San Miguel Arcangel: el edificio más llamativo y emblemático de San Miguel de Allende es su preciosa parroquia de estilo neogótico.
- El Mirador es un lugar mágico que nos permite ver todo San Miguel de Allende tanto de día como de noche. Una vez que estás arriba te impacta la increíble belleza de este pintoresco pueblo mexicano.
- Parque Benito Juarez: se trata de una zona verde urbana donde nos encontraremos con jardines de estilo frances, fuentes y preciosos paseos donde nos encontraremos a otras personas jugando, haciendo picnics o, incluso, pintando.
- Templo de la Concepción: de un precioso y llamativo amarillo, el Templo de la Concepción no te deja indiferente.
- Plaza Principal: como en casi todas las ciudades mexicanas, San Miguel de Allende cuenta con una plaza que es el centro neurálgico de la ciudad. A su alrededor se asientan infinidad de puestos de comida, limpiadores de zapatos y ciudadanos paseando y comiendo. Desde ella podemos ver la Parroquia de San Miguel Arcangel casi en toda su extensión.
Bernal
Uno de los pueblos más pequeñitos, pero más pintorescos, que pude visitar fue el pueblo de Bernal. Se encuentra muy cerquita de Santiago de Querétaro y merece la pena ir a pasar la mañana o el día visitando su Peña y las curiosas callecitas.
- Peña de Bernal: al encontrarnos frente a la Peña de Bernal no nos quedan dudas de que sea el segundo peñón más grande del mundo, después del de Gibraltar.
- Templo de San Sebastían Mártir: el edificio, de un precioso colorido, tiene uno de los campanarios más llamativos que vi en mi viaje y resulta uno de los lugares que tenemos que ver sí o sí cuando visitamos este pueblecito.
Guanajuato
Capital del estado de Guanajuato, donde también encontramos a San Miguel de Allende, Guanajuato es una ciudad universitaria - con la animada vida que eso conlleva - además de Patrimonio de la Humanidad.
- Teatro Juarez: de construcción relativamente moderna, el Teatro Juarez es de una belleza que resulta sobrecogedora. Se trata de unos te los teatros históricos más reconocidos del mundo. Sobre todo de noche nos impactará la belleza de sus columnas exteriores.
- Funicular: Guanajuato nos permite verlo desde arriba subiendo en su llamativo - y pequeño - funicular. Merece la pena superar cualquier miedo a las alturas que podamos sentir porque este funicular nos llevará hasta el maravilloso mirador de Guanajuato.
- Mirador: las mejores vistas de la ciudad las encontramos en el mirador de la misma.
- Museo de las Momias: por excéntrico que suene, una de las actividades más divertidas que hice en Guanajuato fue visitar su famoso Museo de las Momias. Estas momias se conservaron por causas naturales y se descubrieron en el siglo XIX. Ahora forman parte del misterio y la historia de Guanajuato.
- Universidad de Guanajuato: la Universidad de Guanajuato cuenta en su fachada con sus más de 100 emblemáticos escalones. Para llegar a clase los estudiantes tienen que hacer un ejercicio de respiración y también todos aquellos turistas que nos asomamos a la escalinata donde se rodó una escena de El Mexicano con Antonio Banderas. Puedo decir con orgullo que llegué hasta arriba.
Tequisquiapan
Este pueblecito, famoso por sus aguas termales, me robó el corazón nada más pisarlo. No es de extrañar que Tequisquiapan forme parte de lo que se denomina "los pueblo mágicos". El pueblo entero tiene un encanto que posiblemente no encuentren en otro sitio. Las calles llenas de casas coloridas, arcos y balcones llenos de flores y la belleza artesanal de un pueblo que, realmente, es mágico.
- Trenecito de Tequisquiapan: el trenecito recorre las calles del pueblo, con sus pequeños y gracioso vagones de colores. De primeras puede parecer que no tiene nada especial, pero tanto el trenecito como el pueblo son tan pintorescos que te sentirás como si fueras la protagonista de una película. Si, además, vais con niños, la experiencia les encantará.
- Quiosco de la Plaza Miguel Hidalgo: a pesar de lo pequeño que es Tequisquiapan, cuenta con una gran plaza central. En ella podemos encontrarnos con un precioso y grandioso quiosco. Te sentirás como Rory y Lorelai, aunque en México en vez de en Hollow's Place.
Dónde nos podemos alojar en la zona colonial de México
Personalmente, tengo la suerte de tener dos buenas amigas que viven en Querétaro y en Ciudad de México y me dieron alojamiento en sus casas. Sin embargo, o bien por visitarlos, o bien por preguntarles a ellas por recomendaciones para otras personas que han ido después, tengo fichados algunos de los mejores sitios para alojarnos en la zona.
- Hotel La Puertecita Boutique Hotel (San Miguel de Allende): los hoteles boutique de esta ciudad son uno de los más demandados. El motivo es que se tratan de antiguas casonas coloniales que datan del siglo XIX. La Puertecita Boutique Hotel no te dejará indiferente con sus grandes jardines, sus enormes habitaciones y su spa.
- Doña Urraca (Querétaro): Doña Urraca Hotel lo tiene todo o casi todo. Y es que se trata de una maravillosa combinación entre la tradición mexicana y la modernidad. EL precio es un poco elevado, pero la piscina del exterior, sus jardines y el lujo de las habitaciones merecen la pena.
- La Casa del Atrio (Querétaro): este hotel boutique está en pleno centro histórico y lo único que puedo decir es que es precioso. Se encuentra en una casona del siglo XIX y ahí es donde sentiremos que nos trasladamos una vez que entramos entre sus paredes, pero con todas las comodidades modernas. Además, cuenta con spa.
- Hotel Hacienda El Marqués (Guanajuato): ir a México y dormir en una tradicional hacienda no solo es posible, sino que es muy recomendable. Los 400 años de esta Hacienda Hotel, sus enormes jardines y la clasica estructura te harán sentir la protagonista de Pasión de Gavilanes, como mínimo.
Dónde comer
La mejor pregunta aquí es dónde no comer. Y la respuesta sería: en ningún sitio, porque todos son maravillosos. La comida mexicana inunda todo el país. El olor de los alimentos se percibe por todo el país y por las calles podemos oler las especias y el picante llamándonos desde todas las casas, puestos callejeros y restaurantes de las ciudades y pueblos que recorremos.
Personalmente, además de los restaurantes, mi recomendación es pararnos en los puestos de comida que veamos en la calle - mejor si vemos a la gente local comiendo allí también -. De esta manera podremos probar la comida mexicana de la forma menos alterada y más tradicional posible.
- La Mariposa (Santiago de Quéretaro): para desayunar unas buenas malteadas y los mejores molletes de la ciudad, La Mariposa es el lugar adecuado. Es uno de los restaurantes con más tradición de la ciudad y, personalmente, uno de los sitios que más feliz me hicieron en mi viaje. Además, mis amigos queretanos fueron quienes me llevaron allí, siendo lugar de reunión de los residentes en la ciudad.
- Café Oso Azul (San Miguel de Allende): no solo tiene unos precios estupendos, sino que cuenta con un precioso patio interior mexicano en el que podemos hacer cualquiera de nuestras comidas. Además, si queremos divertirnos un poco más, siempre podemos hacer uso del karaoke.
- Maria y su bici (Querétaro): el nombre no es lo único que tiene bonito este restaurante oaxaqueño. Me lo descubrió un buen amigo mexicano y no podía dejar de mirar la decoración del mismo. En él se elaboran las recetas tradicionales de la familia de María, la dueña. Delicioso, alegre y tradicional.
Dónde divertirnos en México Colonial
Personalmente, solo tuve la suerte de poder salir por la ciudad de Santiago de Querétaro. En cualquier caso, las opciones son más que variadas, las ciudades mexicanas están llenas de vida, y si dormís en Querétaro, bien podéis aprovechar y acercaros a bailar a alguno de estos maravillosos locales.
- Barra Habana (Querétaro): bailar salsa en una ciudad mexicana no solo es posible, sino que casi es obligatorio. Barrahabana cuenta con los mejores grupos de salsa y cumbia en directo y los pies se te van solos. Y más cuando ves a la gente bailando hasta la extenuación en medio de la pista. La primera vez que viajé a México no sabía bailar salsa y, en cuanto llegué a mi casa, me apunté a clases animada por lo que vi en Barrahabana. La segunda vez que pisé suelo mexicano, ya nadie podía decirme que no siguiera el ritmo cubano.
- La Perdida (Querétaro): en este caso no es una discoteca, sino una mezcalería, que nos permitirá probar los mezcales más ricos de la ciudad. El local no es demasiado grande, pero tiene una decoración tradicional mexicana muy llamativa. Si tenéis suerte, como tuve yo, quizás os dejen pasar detrás de la barra y probaros una de las máscaras de luchador mexicano que tienen expuestas.
- Cantina Mil amores (Querétaro): no solo de salsa vive el hombre y mucho menos en suelo mexicano. Si de bailar música tradicional mexicana se refiere, tenemos que acudir a una cantina, y no hay ninguna que a mí me gustara más que la Cantina Mil Amores. Puedes comer, puedes bailar y seguro que disfrutarás tanto como disfruté yo.
Imágenes | Unsplash, Pexels