Antes de empezar, aviso que mi opinión es muy poco popular y que unos cuantos van a echarse las manos a la cabeza cuando lo diga. Pero creo que Cudillero, ese pueblecito de postal asturiano tan colorido y pintoresco, está totalmente sobrestimado. De hecho, estoy segura de que en su día fue espectacular, pero ahora se ha convertido en un parque temático.
Cuando lo vemos en fotos parece hecho a la perfección, con sus casitas apiladas de colores, su puerto de pescadores y su agua turquesa, todo ello rodeado de vegetación exuberante que está verde en cualquier momento del año. Sí, esa imagen desde la Plaza de la Marina la tenemos grabada en nuestra retina. Pero no es real.
Lo real es llegar a Cudillero y que toda la calma y tranquilidad que esperamos de un pueblito pesquero tradicional se vaya de un plumazo. El sobreturismo se ha cargado la magia, como ya ha pasado en Canarias, Barcelona y Baleares. Pongamos como ejemplo la zona de la Plaza de San Pedro y la Plaza del Comercio, que han perdido todo su encanto para llenarse de terrazas con menús turísticos y en las que no cabe una silla de más.
Sus alrededores han corrido la misma suerte. Los comercios locales tradicionales han dado paso a un montón de tiendas de souvenirs, en los que se repite la misma postal, el mismo imán y la misma botella de sidra, una y otra vez. El ruido y la adaptación a un turismo nada sostenible han borrado esa atmósfera encantadora y acogedora de Cudillero y es una auténtica lástima.
Todo se ha vuelto caro, sobreexplotado y ausente de toda la tradición y el encanto que un día fueron los motores de Cudillero y que, de hecho, le convirtieron en el parque temático que es hoy en día. Si buscas una escapada al norte y disfrutar de la Asturias de verdad, yo evitaría ir aquí y apostaría por otros pueblitos más genuinos, como Puerto de Vega o Llanes.
Fotos | @cudillero_asturias.
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