Parece un escenario de Juego de Tronos, con sus fortalezas sobre el mar vigilando el pueblo
En nuestra incansable búsqueda de pueblos pesqueros pintorescos donde desconectar cerquita del mar hemos dado con una localidad medieval preciosa. Se llama Castro-Urdiales en Cantabria y aúna todo lo que nos gusta: historia, ambiente marinero y un entorno natural precioso e idílico. Toma nota, te contamos qué ver y buscar entre sus callejuelas y casitas de colores.
Cualquier visitante querrá perderse por el casco antiguo de la villa marinera de Castro, o Puebla Vieja como ellos lo llaman, porque es un viaje directo al medievo sin pagar peaje. La primera parada es siempre la iglesia de Santa María de la Asunción, una joya gótica con vistas al mar, construida entre los siglos XIII y XV.
Muy cerca está también el Castillo de Santa Ana, una fortaleza medieval del siglo XIII que esconde un faro en su interior y es uno de los castillos mejor conservados de España, con esa linterna abierta desde 1853. A su lado, el Puente Romano la conecta con la ermita de Santa Ana y cruzarlo a pie sobre las bravías aguas del Cantábrico es toda una experiencia.
En pleno centro del casco histórico está la Plaza del Ayuntamiento, repleta de soportales que albergan terrazas y restaurantes, ideal para hacer una pausa y disfrutar de la gastronomía cántabra.
En esa misma plaza hay varios edificios preciosos, como la Casa de los Chelines, de estilo neogótico muy elaborado. Aunque, si de edificios preciosos hablamos, el Palacio Ocharán es el place to be. Construido en 1901 con un estilo muy mezclado, su revestimiento de mármol y su fachada con diez columnas hablan por sí solos.
Estamos en un pueblo marinero y eso se nota en cada rincón. El puerto, situado delante de la Plaza del Ayuntamiento, aún mantiene toda la esencia pesquera y es una maravilla visitarlo en invierno, cuando la bruma se extiende desde el mar y le da a todo un aspecto misterioso y mágico. Siguiendo el puerto llegas al Paseo Marítimo, que discurre en paralelo al mar hasta el famosísimo Muelle de San Luis y la plaza de Brazomar.
Para terminar, no puede faltar un paseo por el Parque Amestoy. Se trata de un enorme espacio ajardinado, lleno de flores y árboles, rodeado de edificios refinados y muy llamativos, que parece más bien un boulevard parisino en vez de un pueblo pesquero y desconocido del norte de España. ¿Qué os parece este descubrimiento?
Fotos | Iberian Scapes, Turismo en Cantabria, Vive el Camino de Santiago, Wikipedia Commons, Turismo de Castro-Urdiales.
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