La primavera siempre llega abriendo ventanas, creando expectativas y haciéndonos soñar con días mejores. Por supuesto, también lo hace cargada de color y con muchas flores, aunque con el cambio climático cada vez salgan antes y se marchen igualmente, algo para lo que no ayudan nada por ejemplo las supuestas apuestas eco-friendly de la moda recientemente sancionadas por Bruselas.
En Japón la llegada de la primavera es algo muy especial. Cada año celebran el Hanami Matsuri, una ceremonia que consiste en la observación de la llegada de la flor del cerezo, o sakura, un término que quizás te suene de tu infancia por la serie de anime del mismo nombre y presente en canciones actuales como De charcho en charco, de Belén Aguilera y Samuraï, o dándole título a la canción incluida en Motomami de Rosalía, una delicia, por cierto.
El festival de sakura en Málaga
Esta misma filosofía del festival de las flores japonés que se suele celebrar entre los meses de marzo y mayo en el país nipón la ha querido adoptar desde el respeto el pueblo malagueño de Alfarnate.
Este rincón de la serranía de Málaga, donde también se encuentra Frigiliana, el pueblo que parece el Mykonos de España, se encuentra en el parque natural de la Axarquía y tiene apenas mil habitantes. Vive principalmente de la ganadería y la agricultura, siendo sus principales cultivos el olivo y, por supuesto, el cerezo.
Desde hace 15 años en el mes de junio celebran el Día de la Cereza, porque sí, hay vida más allá del Valle del Jerte para esta fruta y en las costas del este de Andalucía hay otros cultivos aparte de aguacates y fresas en viveros.
Además de por las propias plantaciones, hay otro motivo por el que desde el ayuntamiento del pueblo decidieron impulsar esta iniciativa y es que la comunidad japonesa asentada en la Costa del Sol, donde puedes tomar el mejor helado de chocolate del país, comenzó a ir cada año al pueblo para disfrutar de los cerezos en flor, salvando así de alguna forma esa distancia que los separa de su país y de tradiciones tan simbólicas y arraigadas a la identidad del país y al concepto de familia desde la infancia. Por supuesto, los vecinos de Alfarnate terminaban acompañándolos.
Entre las actividades que propone el municipio en este fin de semana tan especial se encuentran desde talleres de origami y caligrafía oriental, ilustración, foodtrucks de gastronomía japonesa e incluso un desfile donde participan como modelos vecinos del pueblo vestidos con kimonos confeccionados por costureras locales. Y por supuesto, rutas para disfrutar del paisaje espectacular que ofrecen los cerezos en flor.
Fotos | Manh Doi, @ayuntamiento_alfarnate.
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