El extremo suroccidental de la provincia de Jaén, entre las provincias de Córdoba y Granada, es una localización privilegiada. Allí se encuentra el municipio de Alcalá la Real cuyo cerro de la Mota ofrece una impresionante y amplia panorámica del territorio granadino. De hecho, en tiempos de los Reyes Católicos se lo conocía como "la montaña de Andalucía". De hecho, se ubicó una fortaleza con uno de los más complejos sistemas defensivos de todo al-Andalus y que es el monumento con mayor perímetro amurallado de Andalucía.
Un castillo con leyenda
La historia de Alcalá la Real y, sobre todo del castillo fortaleza de la Mota, da para una serie de Netflix. Fue la última fortificación defensiva que había antes de acceder a Granada desde Jaén y Córdoba, así que que Castilla no tuvo nada fácil su conquista... Es más, poco tiempo después de que Alfonso VIII consiguiera arrebatársela a los almohades, volvió a caer en poder árabe y pasarían otros 128 años hasta que, en 1341, Alfonso X la hiciera caer.
A este momento se remonta una antigua leyenda sobre la conquista de la ciudad por Alfonso XI. Y es que, resulta que en 1340 el rey se había apoderado del arrabal donde vivían los civiles, pero la ciudadela no se rendía a pesar del cerco y del hambre. Fue entonces cuando uno de los caballeros que participaban en el asedio, consiguió saltarla muralla y capturó a un pastor árabe. Le obligó a llevarlo hasta el pozo que proveía de agua a la fortaleza con el objetivo de envenenarla. De este modo, Alfonso XI consiguió vencer.
Trece siglos de historia
Este complejo militar lo habían venido construyendo dos clanes árabes desde el siglo VIII. No obstante, después de haber sido reconquistado, Alfonso XI mandó derruir la mezquita mayor y levantar en su lugar la primera iglesia Abacial (que no es otra cosa que una iglesia que pertenece al conjunto de un monasterio o abadía). Siglos más tarde se edificó gran parte de la nueva iglesia Mayor y el primer palacio abacial.
Pero el tiempo siguió pasando y, en el siglo XVIII, empezó su declive y despoblación. Aunque su historia no acabó ahí, ni mucho menos. En el siglo XIX, la fortaleza fue ocupada y restaurada por las fuerzas napoleónicas y, tras la Guerra de la Independencia, la iglesia Mayor, que había sido utilizada como almacén, fue incendiada. Esto provocó el desplome y la destrucción de parte de la infraestructura.
No obstante, como en 1931 la Mota fue declarada Monumento Nacional y en el año 1967 toda la localidad fue declarada Conjunto Histórico Artístico, se le han realizado numerosas reformas y restauraciones a la fortaleza para conservarla. Actualmente, está abierto al público para visitas casi todos los días del año. Además, la entrada vale solo 4 euros.
Pueblo andaluz con aires manchegos
Aunque su castillo es el gran protagonista, Alcalá la Real es mucho más y hace las delicias de quienes disfrutan de las idiosincrasias de un pueblo andaluz tradicional. Tiene la peculiaridad, además, que su pasado como insignia de la reconquista, le ha transferido algo de la austeridad castellana. Sin embargo, sigue siendo andaluz, con sus fachadas encaladas y coloridos geranios, sus calles empinadas y empedradas y un carácter abierto.
Conserva, además, otros monumentos destacables como el yacimiento romano de la Domus Herculana , casas solariegas y bellas iglesias como la de Consolación o las Angustias. Por no hablar de sus espacios naturales y de su gran secreto: toda una ciudad oculta bajo el suelo. Se trata de las galerías subterráneas que sirvieron a las tropas del Rey Alfonso XI durante la reconquista y que también se pueden visitar a día de hoy.
Además, en el extremo norte se localizan cuevas naturales que fueron utilizadas a lo largo de los siglos como almacenes, bodegas y lagares. Y una de estas cuevas posee un pasadizo que comunica con la torre del Homenaje en la fortaleza de la Mota.
Foto de portada | Promoción y Difusión de los Recursos Turísticos de la Provincia de Jaén
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