Sus casas colgadas al límite del precipicio dejan una estampa de vértigo de lo más pintoresca que bien merece la pena una escapada
Aunque cuenta tan solo con 267 habitantes, en la página web de Frías nos reciben con el nombre de ciudad, un título que le concedió a la misma Juan II en 1435, tal y como señalan en Burgos Conecta y que la convierte en la más pequeña de España, como aseveran en la web de Turismo de Burgos.
Esta pintoresca localidad castellanoleonesa ha sido escogida por National Geographic como uno de los pueblos medievales más bonitos de España, algo que no nos extraña teniendo en cuenta, de entrada, la peculiaridad de su disposición, sobre un cerro, dando lugar a estampas de vértigo impresionantes como la de sus casas colgadas, que no colgantes como las de Cuenca, al límite del precipicio.
Sin embargo, no es su localización o estas curiosas viviendas lo que hace de Frías uno de los pueblos con más encanto de la provincia de Burgos, sino también monumentos como su castillo, el puente medieval o algunas de sus iglesias, todas construcciones que moldean y modelan un paisaje teñido de verde y tonos marrones y rojizos con calles empedradas.
Un paseo por Frías, uno de los "pueblos" medievales más bonitos de Burgos
Al igual que La Alberca, en Salamanca, el primer pueblo de España que fue considerado Monumento Histórico Nacional, Frías también pertenece a la Asociación de Los Pueblos Más Bonitos de España, una organización que promueve la vida rural y le da un espacio a esas zonas que ya hace unos años pasaron a formar parte del ya no tan nuevo concepto de la España vacía o vaciada.
Y es que con todo lo que ofrece Frías no es de extrañar que National Geographic y nosotras hayamos caído rendidas a sus pies, porque sí, también lo incluimos entre los pueblos medievales escondidos más bonitos de España. Ven a dar un pequeño paseo virtual por las calles de este rincón burgalés y descubre las paradas imprescindibles de la visita:
El puente medieval sobre el río Ebro. De acuerdo a la web del ayuntamiento de Frías, se trata de uno de los monumentos más valiosos de la ciudad, que no pueblo. Aunque se hizo en época romana, posteriormente sufrió varias reconstrucciones durante la Edad Media. Por él pasa la calzada romana que conectaba el comercio de la zona de la meseta con la costa cantábrica. Es uno de los mejores ejemplos de puente fortificado de nuestro país. Como curiosidad, es asimétrico e irregular debido a este detalle de las rocas que sirvieron como puntos de apoyo en su construcción.
El Castillo de la Ciudad de Frías. Data del siglo X y es una de las fortalezas roqueras más espectaculares de Castilla. Si te preguntas, como lo hemos hecho nosotras, qué quiere decir este divertido término, según Wikipedia se aplica cuando en los castillos se incorporan afloramientos rocosos naturales en sus defensas hasta tal punto que estas formaciones definen su estructura.
La construcción se encuentra en lo alto de un peñón, algo fundamental por una cuestión defensiva, ya que además suponía la única entrada de la ciudad amurallada.
La Iglesia de San Vítores. Según la página del consistorio local, hay constancia de la misma por primera vez en unos documentos de 1211, aunque su devenir fue un poco convulso debido a derrumbamientos. En la actualidad lo más interesante a nivel arquitectónico es su portada gótica.
La curiosa Ermita de Nuestra Señora de la Hoz. Este pequeño templo, desde cuyo enrejado se puede observar el altar del Santo Cristo de los Remedios, se encuentra al cobijo de una gran roca y durante la Edad Media sirvió de hospedería para los peregrinos del Camino de Santiago.
Una iglesia románica con mucha historia. Aunque este edificio religioso sea de estilo románico, esconde un secreto que se encuentra muy a la vista y que es una prueba más de la influencia romana en la zona. Hablamos de una piedra que en su momento se utilizó de forma funcional pero que representa una casita de incineración romana en la que aparecen tres figuras talladas y un niño, algo que podría representar a la familia.
La Iglesia de San Vicente. Lo creas o no, el pórtico románico de esta iglesia se encuentra en la actualidad trasladado al Museo de Claustros de Nueva York. La parroquia tiene tres retablos y destaca la Capilla de la Visitación.
También a las afueras, junto al río Molinar y el comienzo de la colina de San Roque se puede visitar un lavadero medieval.
Por último, si quieres exprimir al máximo la visita, te recomendamos que hagas una parada en plena naturaleza para contemplar las cascadas del río Molinar siguiendo un paseo de 25 minutos durante el cual disfrutarás de unas vistas de ensueño.
Fotos | Página web del ayuntamiento de Frías
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