Aunque el Modernismo en Barcelona, el paisaje escarpado de las calas de la Costa Brava o el halo de misterio que envuelve a Montserrat suelen llevarse toda la fama, Cataluña es una mina infinita de rincones con encanto. Y es que, incluso cuando creías haberlo visto ya todo, consigue sorprenderte. Es lo que a mí me ha pasado con Rocaviva, un parque laberíntico en el que las rocas del camino tienen caras.
Situado a 1 km del pueblo de Músser (Lleida), entre la Cerdanya y el Alt Urgell, y con espectaculares vistas a la sierra del Cadí se encuentra este peculiar museo al aire libre. No solo te garantizamos que nunca has estado en ningún otro igual antes sino que llegar hasta él es toda una aventura. Para empezar, no se puede llegar en coche, que hay que dejar en el pueblo de Músser para continuar andando unos 20 ó 25 minutos.
La de Rocaviva es una excursión con todas las letras. Y es que el esfuerzo lo recompensa un laberinto de senderos que esconde más de 600 grandes rocas de granito convertidas en esculturas tras pasar por el cincel del artista y eremita Climent Olm, que ha dedicado décadas de su vida a convertirlo en un espacio naturo-artístico.
Las obras empezaron a esculpirse en 1986, aunque el parque no abrió sus puertas hasta 2011. Por desgracia, la obra quedaría inacabada y abandonada en 2014 por rencillas familiares por los terrenos en los que se ubica. No obstante, gran parte del terreno que el autor ideó como un laberinto mágico ha reabierto sus puertas y los visitantes todavía tienen la oportunidad de descubrir a cada paso los mensajes de humanismo, espiritualidad, ecologismo y libertad que impregnan esta obra.
En estas esculturas predominan las caras, los ojos, los símbolos y las figuras abstractas. Es tan guay que el conjunto escultórico está declarado bien de interés cultural por los consejos comarcales de la Cerdanya y Alt Urgell.
Para visitar Rocaviva en la actualidad es necesario concertar una visita con la Asociación Cultural Rocaviva. La entrada, con visita guida incluida, cuesta seis euros para los niños de 6 a 12 años y doce euros para los adultos y niños mayores de 12 años. Por lo demás, solo hay que ir vestido y preparado para andar por la montaña.
Fotos | @rocaviva_laberintmagic
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