Este pueblo malagueño compite en belleza con Frigiliana y es perfecto para desconectar unos días en verano

Cuando pensamos en la provincia de Málaga, además de acordarnos de que el mejor helado de chocolate de España se hace allí, la cabeza se nos suele ir a la cantidad de turismo extranjero que puebla la costa de esta provincia andaluza desde Marbella a Torremolinos y pasando por Nerja o la propia capital. Aunque, también aparecen  rinconcitos tan reconocibles y fotografiados como Frigiliana, el pueblo que parece Mykonos y que es uno de los más bonitos de España.

Sin embargo, hay mucha vida mucho más allá, como ya descubrimos con, por ejemplo, Alfarnate: la bonita localidad donde celebran el festival de Sakura. En esa misma línea, hoy vamos a adentrarnos en las bondades de Canillas de Aceituno. Se trata de un enclave en el extremo oriental de Málaga, ubicado en la Sierra de Tejada, que es perfecto para disfrutar de una escapada veraniega durante el mes de agosto.

Sus calles siguen un sinuoso trazado que es herencia de la historia de un pueblo con pasado musulmán, pero también romano y fenicio. Además, desde ellas se puede disfrutar de unas increíbles vistas a la comarca de La Axarquía malagueña.

Desde el casco urbano se puede seguir la ruta que lleva al puente colgante de Saltillo. Se trata de una construcción de 50 metros de largo y 78 metros de altura que tiene el objetivo de salvar el río Almanchares, uno de los tres cuyo cauce cruza Canilla del Aceituno. ¿ Quién dijo vértigo?

No obstante, si prefieres algo más calmado, puedes aprovechar para ir a alguno de los miradores del pueblo, como el de Blas Infante o el de la Virgen. Y ¿por qué no?, deleitarte con la gastronomía local en la que destacan el chivo lechal, la morcilla y las tortas de aceite.

Un entorno natural con el que fundirse

Por supuesto, fuera de sus pintorescas calles, la oferta natural de Canillas del Aceituno también es inmejorable. Se encuentra rodeado por los ríos Almanchares, Rubite y Bermuza, lo que ha favorecido el crecimiento de zonas arboladas en las que resguardarse del sol y que son perfectas para hacer un pícnic o incluso echarse una siesta.

Además, tal y como sucede también en Calella de Palafrugell, el pueblo con playa más bonito de España, puedes disfrutar de rutas senderistas increíbles para desconectar, perderte y mimetizarte con el entorno natural. Un lugar que puedes visitar es la cueva de la Fájara , una construcción geológica en la que se encuentra un manantial.

No obstante, si vas en busca de un rincón verdaderamente idílico, sin duda debes seguir un camino que se encuentra a solo seis kilómetros del pueblo, siguiendo el cauce del Bermuza y que desemboca en su nacimiento.

La recompensa es una cascada que, además de su propia belleza, regala también todo lo necesario para que la flora se expanda por la zona y la fauna campe a sus anchas. Eso sí, nada de bañarse en la cascada porque está prohibido.

Foto de portada | Diputación provincial de Málaga

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