España puede presumir de ser campeona de fútbol, tenis y también en pueblos medievales de primera categoría. Y es que es no solo es que tengamos entre nuestras fronteras una gran variedad de este tipo de villas entre las que elegir para viajar en el tiempo sino que tenemos la suerte de no tener que irnos al extranjero para pasear por el que está considerado el pueblo medieval mejor conservado del mundo. Y no, no es Ávila.
Ni Italia ni Portugal ni Francia, es a nuestro país donde el viajero tiene que venir a ver con sus propios ojos el mejor vestigio de la Edad Media en forma de pueblo. Más concretamente, a Segovia, donde se encuentra el bello Pedraza. Un lugar perfecto para quienes busquen una villa medieval amurallada pequeña para callejear.
Gracias a lo bien que ha conseguido preservar y conservar la esencia de su pasado, la Villa de Pedraza fue declarada conjunto Monumental en 1951 y distinguida con los premios "C" de Turismo de Castilla y León en 1993 y Europa Nostra en 1996. Se trata de un pueblo en el que quedan varios vestigios de su parte defensiva, que data de los siglos XII y XIII. Tales como la muralla, la Puerta de la Villa, la barbacana defensiva (que posteriormente se utilizó como cárcel pública) o el castillo, entre otros.
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Aunque no se puede mencionar el castillo de Pedraza sin detenerse un poco en él. Y es que es uno de los castillos más antiguos de toda Europa, casa de los Condestables de Castilla durante siglos y testigo directo de la prisión de los hijos del Rey de Francia, Francisco I. En 1925 el pintor eibarrés Ignacio Zuloaga adquirió esta histórica fortaleza y la convirtió en su segunda residencia y estudio de pintura durante años.
Actualmente sigue perteneciendo a la familia y se muestra al público mediante visitas guiadas, excepto el espacio destinado a la vivienda. Además de este castillo, hay numerosos palacios y casas nobles blasonadas que datan del siglo XVI.
Bernard Blanc
No obstante, hay indicios de población prehistórica en sus valles y se han encontrado restos de cerámica hecha a mano que hacen suponer que el lugar en el que se encontraba actualmente Pedraza ya estaba habitado hacia el s. IV a.e.c. por los celtiberos. Posteriormente, hay certeza de una ocupación en época romana.
Desde mediados del s. XIV, Pedraza fue dominio señorial y la villa comienza a llenarse de casas nobles cubiertas de blasones. Hasta que en los s. XVI y XVII se da la época de mayor esplendor del pueblo gracias a que los talleres segovianos se hicieron famosos en toda Europa y la lana castellana abastecía talleres de Brujas y Florencia.
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Tras la despoblación del campo en el siglo XX, con las casas abandonadas convirtiéndose en ruinas, la gente de la ciudad empezó a comprar y restaurar casas para convertirlas en segunda residencia. Así, en la actualidad, este pueblo segoviano cuenta únicamente con unos 125 vecinos que viven del turismo.
Así que no solo uno puede deleitarse con la arquitectura de Pedraza sino encontrar numerosos asadores, tiendas de decoración, mueble rústico, artesanía, estaños, tahonas, chocolates, jabones... en los que disfrutar la gastronomía local e ir de shopping.
Foto de portada | Raúl AB
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