Fue una de las estaciones de tren más lujosas e importantes del siglo XX en España y ahora puedes dormir en ella

Si te flipa la arquitectura industrial, más aún lo vas a flipar cuando te contemos que es posible alojarse en uno de los emblemas de este estilo. Se trata de la Estación Internacional de Canfranc, edificio insignia del pueblo pirenaico homónimo y uno los complejos ferroviarios más importantes construidos en la Europa del primer tercio del siglo XX. De hecho, está declarada Bien de Interés Cultural y, en la actualidad, se ha reconvertido en un hotel de lujo.

Ubicado en el Pirineo Aragonés, en Huesca, Canfranc Estación, a Royal Hideaway Hotel 5 estrellas Gran Lujo ocupa a día de hoy el espacio de la que fue la emblemática estación ferroviaria de Canfranc. Inaugurada en 1928, en un acto que contó con la presencia del rey Alfonso XIII y del presidente de la República francesa Gaston Doumergue, su historia está íntimamente relacionada con la unión por ferrocarril de España y Francia, lo que supuso nuevas posibilidades de movilidad para pasajeros y mercancías.

De hecho, el vínculo de Canfranc con el país galo es evidente desde su propia arquitectura ya que su estilo recuerda al de las estaciones francesas decimonónicas y recuerda a edificios parisino como el actual Musée d’Orsay. Así encontramos elementos tan característicos de la época como tejados de pizarra, buhardillas, pináculos art-decó y una gran cúpula central.

Construida enteramente de hormigón, hierro, piedra y cristal, la estación de Canfranc está también considerada una de las mayores joyas de la arquitectura industrial española. Además, el proyecto de rehabilitación ha conservado su ADN y rasgos característicos.

En los alrededores, las fronteras se funden en un espeso bosque. Son muchas las rutas senderistas que se pueden seguir y todas pasan por lugares paisajísticos y naturales tan impresionantes como Punta Madalena, la Gruta de los Lecherones, el ibón y el dolmen de Izagra, la Cueva de las Güixas y, en general, todo el Parque Natural de los Valles Occidentales.

Otra es la ruta de los búnkeres, construidos para defender la población de posibles invasiones de los franceses que nunca tuvieron lugar. Estas construcciones militares fueron realizadas entre los años 1944 y 1959, y se extienden portodos Los Pirineos.

No muy lejos del hotel, a unos 10 kilómetros, se encuentran también las estaciones de esquí de Candanchú y de Astún. Además del puerto de Somport, una zona montañosa que cobra especial belleza cuando sus picos se cubren de nieve en invierno. Aunque tampoco se puede dejar de visitar el pueblo de Canfranc, en el Camino de Santiago aragonés.

Su origen se remonta al siglo XI, cuando la escasez condujo a sus habitantes a dedicarse al comercio y a recibir a los peregrinos. La localidad posee varios lugares de interés como: la iglesia de la Asunción, las ruinas de la Iglesia de la Trinidad o la moderna iglesia de Nuestra Señora del Pilar. Además, sigue conservando trazas del pueblo caminero que fue, siendo posible contemplar interesantes restos y vestigios de su antiguo patrimonio, devastado por dos incendios en los años 1617 y 1944.

Foto de portada | Falstaf

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