Si hay una ciudad donde a todos nos apetecería estar en Sant Jordi, esa es sin duda Barcelona. Es el día grande de la ciudad, y no hay mejor forma de disfrutarla que rodeados de libros y rosas. Pero Barcelona está llena de motivos por los que siempre merece una visita, así que vamos a dar un repaso a los tips imprescindibles para pasar una jornada inolvidable.
Empezamos el día con un poco de tradición
La tradición dicta que, todos los 23 de abril, los enamorados dejen rosas en la iglesia de Sant Jordi de Vallcarca. Si queremos seguir la costumbre, debemos acercarnos al norte de la ciudad, antes de bajar a la zona de las Ramblas, centro neurálgico de la celebración.
Conseguimos las firmas de nuestros autores favoritos
Por muy poco groupies que seamos, a todos los amantes de los libros nos hace cierta ilusión tener algún ejemplar firmado por nuestros autores favoritos. Dependiendo de qué autor hablemos, podemos tener que armarnos de paciencia con las colas. Lo mejor: ir con tiempo suficiente y tener claro dónde estará cada autor a cada hora. Podéis consultar horarios y lugares de firma en este enlace.
Una comida con estilo a pie de playa
Si el mediodía nos coge por Las Ramblas y el tiempo acompaña, no se nos ocurre un lugar mejor para comer que Makamaka, un beach burger ideal para adelantar el verano en pleno abril. Y, si estáis por otras zonas, seguid las instrucciones de nuestro artículo sobre los restaurantes de moda en Barcelona y no os arrepentiréis.
Una tarde de turismo por la ciudad
Barcelona está llena de lugares maravillosos que siempre merece la pena conocer (o revisitar). Nuestra opción favorita es dar un paseo por la ciudad, descubriendo algunas de sus maravillas modernistas, como la Sagrada Familia, la Pedrera o la Casa Batlló.
Si queremos hacer algo especial por ser el día de Sant Jordi, podemos aprovechar que tanto el Ayuntamiento como el Palau de la Generalitat aprovechan la jornada para abrir sus puertas a los visitantes, sin necesidad de reserva previa.
Un pequeño homenaje al protagonista del día
Al atardecer, podemos acercarnos al Monumento al Libro de Joan Brossa, en el cruce de Gran Vía con Paseo de Gràcia. Qué mejor día que Sant Jordi para rendir tributo a los libros y los libreros.
¿Y al caer la noche?
Podemos acabar nuestra jornada barcelonesa con unas copas en alguno de los locales de moda de la ciudad, como la terraza de Casa Gracia, por ejemplo. Y, si hemos llegado sin pareja, quién sabe qué nos deparará Sant Jordi. El año pasado, la app Wanty hizo una apuesta por unir a los solteros que celebraran el 23 de abril en la ciudad. Este año no sabemos si será Wanty o el ya (casi) clásico Tinder, pero lo que parece claro es que, en Barcelona, en Sant Jordi, todo es posible.
Fotos | Pixabay, Stanley Wood, Makamaka, Guillermo Moreno, Casa Gracia.
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