He recorrido casi todos los pueblos medievales de España y este es el que tiene la entrada amurallada más grandiosa y especial

Adoro descubrir los pueblos pesqueros más bonitos, pero el cuerpo no siempre me pide playa. Cuando me apetece desconectar prefiero hacer una escapada a una de las villas medievales más espectaculares de España, según 'National Geographic'. Se trata de un rincón de Tarragona nada conocido, porque la fama de Ullastret le roba siempre el protagonismo. Muy injustamente, para mi gusto.

Hablo de Montblanc, una preciosa localidad de origen medieval que ha logrado escapar del sobreturismo por encontrarse alejada de la costa. Este refugio amurallado aún conserva su callejero original, con un casco antiguo declarado conjunto histórico artístico y una ubicación idílica, rodeado por el monte Pla de Santa Bàrbara y sus sierras coronándolo desde arriba.

Los turistas lo conocen por sus populares fiestas de Sant Jordi, cuando montan una Semana Medieval y toda España va de visita. Pero Montblanc tiene muchísimo más que ofrecer al viajero experto y eso es algo que descubrí quedándome allí un par de días para descansar.

A Montblanc hay que llegar a pie, esa es mi mayor recomendación. Deja el coche en la entrada de la villa y cruza a pie el Pont Vell, su puente medieval del siglo XII que atraviesa el río Francolí y es magnífico. Ha sido reformado y mantenido, por lo que te sentirás como una reina del medievo.

Cruzar el puente y llegar a la muralla de Montblanc es mejor que ir al cine. Este monumento de seis metros de altura y casi dos kilómetros de longitud tiene almenas, 25 torres defensivas y cinco puertas enormes para entrar al pueblo. Vamos, que es un bombazo para la vista.

Una vez dentro de esta villa medieval continua lo bueno. Puedes perderte entre callejuelas empedradas y laberínticas, pero mi trayecto favorito es el del Carrer Major. Esta vía cruza el pueblo completo hasta la Iglesia de Sant Miquel, un edificio románico del siglo XIII con un bellísimo artesonado gótico de madera. Por el camino verás bares, galerías de arte y confiterías con dulces típicos de Montblanc, por si creías que la cosa no podía mejorar.

Esta visita mantiene el viaje al pasado en el Convento de Sant Francesc de Montblanc, construido en los siglos XIII y XIV con su preciosa iglesia gótica y la Iglesia de Santa María con su fachada barroca. Finalmente, se corona con el Pla de Santa Bàrbara, restos de un antiguo poblado íbero en lo alto de una colina con las mejores vistas de Montblanc y de toda la naturaleza de alrededor. Es que menudo planazo.

Fotos | @montblanc_medieval, Montblanc Medieval.

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