Mantiene su estética medieval de antaño y huele a leña, a montaña y a escapada rural de otoño perfecta
Nuestro país está llenito de rincones bonitos y localidades cargadas de tradición e historia. Pero yo, que soy muy de extremos, quería ir al primero, al original, al más auténtico de todos. Así fue como visite el pueblo más antiguo de España, con 1200 años de antigüedad y escondido en pleno Parque Natural Montaña Palentina.
Brañosera nació en el año 824, aunque por aquel entonces era conocido como Brannia-Ossaria debido a la cantidad de osos pardos que había hay en la zona. Se creó como un refugio de cristianos durante la invasión musulmana, pero el Conde de Castilla le dotó de una carta puebla que le confería derechos y administración. Data del 13 de octubre de 824 y es el germen de los actuales ayuntamientos. Así, el primer pueblo español fue fundado.
Al ser la primera, esta villa pudo escoger su lugar perfecto para comenzar a levantar edificios. Así lo hizo, en un paisaje idílico pegada al Macizo de Valdecebollas y en el nacimiento del río Rubadón. Una zona de bosques, montañas y saltos de agua ideal para hacer senderismo, deportes alpinos o escalada. Mi ruta favorita fue la de la Senda de la Pedrosa, tres kilómetros río abajo entre Pozo Merino y la ermita de Brañosera.
Llegar a Brañosera es darse de bruces con el paraíso de montaña definitivo. Sus casas tradicionales de piedra rojiza y madera de roble mantienen la estética del pasado, así como sus calles decoradas con arcos medievales con siglos de antigüedad. Su edificio más destacado es la Ermita de San Roque, del 824 y que todavía conserva algunos muros y el cilindro absidal originales.
Un paseo por el pueblo te transporta al pasado, porque en Brañosera el tiempo se ha detenido. Especialmente en invierno, cuando la nieve cubre sus tejados y el río se llena de impresionantes cascadas de hielo. Aquí te sientes alejado de todo, así que es una escapada romántica y rural de diez. Mi recomendación: culmina el viaje comiendo sopa de ajo o cordero en horno de leña en cualquiera de las tabernas del pueblo. Olor a leña, a frío, a montaña, a robles, así sí.
Fotos | Palencia Turismo, Ayuntamiento de Brañosera.
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