La joya escondida y más desconocida de Cataluña: una mini Sagrada Familia en un precioso pueblo a solo una hora de Barcelona

Aunque Gaudí se lleven todo el protagonismo del modernismo catalán, esconde muchas más maravillas aparte de La Pedrera o el Park Güell. De hecho, algunas no se entiende que pasen tan desapercibidas. Es el caso, por ejemplo, del Santuario de la Mare de Déu de Montserrat de Montferri. Un templo a 32 kilómetros de Tarragona capital, y a 88 de Barcelona que parece una mini Sagrada Familia.

Para visitarla hay que desplazarse hasta el pequeño pueblo tarraconense de Montferri, de solo 400 habitantes y a una hora de la ciudad de Barcelona. Se trata de una localidad con una gran tradición vitivinícola, tal y como delatan los campos de viña de alrededor, aunque por lo que es principalmente famosa es por este monumento modernista.

Sus orígenes se remontan a finales del siglo XIX, cuando los vecinos de Montferri y de otras localidades de la zona, peregrinaban al santuario barcelonés de Montserrat tras la vendimia para dar gracias a la virgen, conocida popularmente como "La Moreneta”, por haberles dado una buena cosecha.

Para evitarles este desplazamiento de 75 kilómetros, al jesuita Daniel Vives se le metió en la cabeza la idea de construir un templo en su pueblo natal y que pudieran rendir allí ese agradecimiento. Además de tener terrenos para ello, coincidía que también tenía un primo arquitecto y discípulo de Gaudí:  Josep Maria Jujol.

No obstante, la primera piedra no se pondría hasta el 15 de noviembre de 1925 y, por problemas de financiación y el estallido de la Guerra Civil, la inauguración del santuario de Montferri se demoraría 74 largos años. De hecho, la construcción no se retomó hasta 1989 pero, diez años después, finalmente pudo abrir sus puertas esta impresionante obra arquitectónica.

Conociendo esta historia se entiende que el arquitecto se inspirara en la naturaleza y, sobre todo, en las montañas de Montserrat. Con sus picos redondeados, la textura terrosa del conjunto y las vidrieras que inundan de luz el interior. Aunque también son especialmente bellos los detalles ornamentales de las naves. De hecho, según la foto, es fácil confundirse con la Sagrada familia.

Foto de portada | iStock

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