Entre Madrid y Guadalajara se encuentra Marte o, al menos, un paisaje que bien podría servir de localización parael rodaje de una película ambientada en el llamado planeta rojo. Se trata de las Cárcavas del Pontón de la Oliva, en la Sierra de Ayllón. Aunque por sus formaciones de tierra rojiza uno nunca diría que esta en Castilla-La Mancha porque también se le ha sacado parecido con el Cañón del Colorado.
Obra de la erosión del viento y las lluvias en un terreno de tipo arcilloso durante el correr de los siglos son las extrañas aperturas o socavones en el suelo que caracterizan este paisaje de cárcavas, más conocido popularmente ene sta localidad como “el Valle de la Muerte”.
Con un perímetro de 800 metros y un desnivel de sesenta metros son visibles desde la Presa del Pontón de la Oliva. Esta se considera el sistema de canalizaciones y presas más antiguo del Canal de Isabel II (el que abastece la ciudad de Madrid).
Lleva mucho tiempo en desuso pero es una obra hidráulica espectacular, enmarcada por un hermoso entorno natural, que fue construida a mediados del siglo XIX.
No existe una única forma de llegar a las Cárcavas sino diferentes rutas de senderismo con distinto grado de dificultad. Aunque todas parten de enclaves en los alrededores tan recomendables como los pueblos de Patones de Abajo, Patones de Arriba o La Cabrera y la propia Presa del Pontón de la Oliva.
Aunque en las cárcavas como tal no hay una zona de aparcamiento, en este último emplazamiento sí lo hay. Desde Madrid se puede llegar tomando la A1 hasta Venturada y de ahí un desvío a Torrelaguna que lleva hasta el aparcamiento de la presa.
Foto de portada | Flickr
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