Madrid no tendrá playa (al menos, de agua salada) pero es una gran ciudad bien surtida de parques y áreas verdes para disfrutar del buen tiempo. Los más emblemáticos de la ciudad son El Retiro, la Dehesa de la Villa, la Casa de Campo o Madrid Río. Sin embargo, suelen estar llenos de gente, por lo que no suelen ser especialmente tranquilos. Sin embargo, estos no son los únicos grandes jardines de Madrid, hay alternativas menos concurridas que no conocen los turistas a pesar de ser espectaculares. Como este que cuenta hasta con una cascada.
Situado en el barrio de Salamanca, lo que es el actual Parque Quinta de la Fuente del Berro fue en otro tiempo Quinta de Miraflores, un encargo de Felipe IV como un nuevo Real Sitio (como se le llama a los lugares utilizados para las ceremonias de Estado y actos oficiales más relevantes del Reino de España).
De este modo, los orígenes de estos jardines hay que buscarlos en 1631, cuando el Duque de Frías (propietario hasta entonces de los terrenos), vendió a Felipe IV una extensa propiedad rica en huertas y con abundante agua de un manantial que las regaba y que se conocía por Fuente del Berro.
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Aunque, desde sus orígenes en el siglo XVII, ha tenido varios propietarios y ha sufrido reformas de todo tipo. Incluso en 1900 fue un parque de atracciones. El parque actual ocupa una extensión de más de 13 hectáreas y ofrece un jardín de estilo paisajista, formado distintos desniveles, praderas surcadas por sinuosos paseos y escaleras rústicas de piedra.
Además de contar con una vegetación muy abundante, con gran variedad de árboles (algunos ejemplares centenarios) y arbustos que dan buenas zonas de sombra. Aunque no es solo un oasis de naturaleza en el centro de la ciudad, el parque esconde elementos singulares de gran valor, como el monumento de la Fuente del Berro, cuyas aguas en sus orígenes proveyeron a la casa real. Entre los elementos que nos podemos encontrar destacan también el monumento a Bécquer o la estatua esculpida en bronce dedicada al poeta Pushkin, porque en este parque se rinde tributo a la poesía.
Carlos Pérez
No obstante, la gran protagonista es la espectacular cascada, conocida como "de Pocahontas", que aquí se encuentra y que es única en el centro de la capital. El parque también consta de un par de pequeños estanques y de un palacete que ha llegado hasta nuestros días de su pasado palaciego. Este está situado en la entrada de la calle de Eduardo Aunós y es una zona frecuentada por pavos reales.
El parque está abierto todos los días del año, con horarios que varían según la temporada: en invierno, de 6:30 a 22:00 horas, y en verano, de 6:30 a 23:00 horas. La entrada principal se encuentra en la calle Enrique D'Almonte, aunque también seis puertas y también se puede acceder desde la calle Alcalá y la Avenida de la Paz.
Foto de portada | Carlos Pérez
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