Hace unos días preguntamos a la IA que cuál era la localidad más fea de Galicia. Nos dijo que O Porriño, pero hasta ChatGPT puede equivocarse. Hemos consultado con gallegos patrios y afirman que el pueblo más horrendo de Galicia es otro y todos parecen estar de acuerdo.
No dudan en su respuesta, tan contundente que casi ofende. Resulta que el pueblo feo gallego por excelencia es Narón, ubicado en A Coruña y famoso a nivel autonómico por dicha fealdad. Esta fama, aunque no oficial, se debe principalmente a su desarrollo urbano desordenado y a la ausencia de un casco histórico.
A diferencia de otros lugares de Galicia, Narón ha crecido de manera acelerada y funcional, centrando su expansión en áreas industriales y residenciales, lo que ha dejado de lado los elementos arquitectónicos tradicionales de la belleza de los pueblos gallegos.
Ni hórreos, ni catedrales históricas, ni monumentos, ni plazas, ni calles empedradas ni casitas pintorescas. Todo ello ha sido sustituido por construcciones modernas e industriales sin hilo conductor a nivel estético ni encanto alguno. O, dicho de otra forma, ausente de esa armonía entre pueblo y naturaleza de otros pueblos gallegos. En Narón, el hormigón ha vencido a la piedra y eso no gusta a los gallegos.
Vale, es feo, no se puede negar lo evidente. Pero romperemos una lanza a favor del pobre Narón, que menuda fama ha criado. Puede que su aspecto no sea convencionalmente y turísticamente hermoso, pero lleva a cuestas el peso de la Galicia más industrial y moderna, un encanto que pocos saben apreciar porque no se ve a simple vista.
Fotos | Wikipedia Commons, @concellodenaron.
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