El pueblo costero más bonito de Cataluña es esta villa pesquera a solo dos horas y media de Barcelona

Si hablamos de una entidad que sepa, en letras mayúsculas, sobre geografía, culturas del mundo y patrimonio histórico, probablemente sea 'National Geographic' la más prestigiosa. Así que no es de extrañar que a todos nos interese mucho saber qué es lo que opina con respecto a cuáles son los pueblos más bonitos de nuestro país. En especial, cuando dentro de nuestras fronteras tenemos una variedad tan vasta de lugares entre la que elegir. Pues, dicho y hecho, porque se han pronunciado en dicha materia y ya tenemos destino para las vacaciones de verano.

Elaborada siguiendo el criterio editorial de los diferentes miembros de Viajes National Geographic, se han seleccionado las que consideran que son las localidades que mejor representan la belleza rural de nuestro país. Desde pueblos de montaña hasta joyas costeras. Y es en estos últimos donde nos vamos a detener hoy.

Más concretamente en el que, según el ranking, es el pueblo costero más bello de toda Cataluña. Además, el ganador es el que muchos consideran que es también el más bonito de toda España. Se trata de Cadaqués, una localidad de la Costa Brava que es ya de por sí una de las más emblemáticas del litoral de Girona. No solo por sus espectaculares playas, la riqueza de su gastronomía o la belleza de su naturaleza. También porque sus pueblos son bellísimos y están repletos de historia.

Precisamente, este es también el caso de Cadaqués. Protegido por la Sierra del Pení, durante años ha conquistado a turistas y a artistas españoles como Picasso; Lorca; Buñuel o Dalí, quienes han veraneado alguna vez en esta pequeña villa a orillas del Mediterráneo.

A este pueblo blanco no llega el transporte público y solo se puede acceder a él tras atravesar una carretera llena de curvas cerradas entre varias montañas. Una vez allí, sorprenden como recompensa la vista de sus impolutas casas blancas con particulares puertas y ventanas de color azul, su pequeña playa integrada en el casco urbano y las calles estrechas (algunas de ellas revestidas de rastell, que son piedras extraídas del mar y colocadas en forma de espiga en el suelo).

Cadaqués fue uno de los puertos más importantes de la Península Ibérica en la Edad Media así que, a principios del siglo X, comenzó a construirse a su alrededor un recinto amurallado y una fortificación que sirviera de protección contra invasiones y corsarios. En 1280 se terminó el llamado Castillo de Cadaqués del que, en la actualidad, no queda más que la ubicación, que corresponde a lo que sería ahora el casco antiguo.

Otros puntos de interés, que sí se mantienen en pie en la actualidad, son la Iglesia de Santa María, situada en la parte más alta de la villa y de planta gótica tardía y altar barroco; la calle Es Call, una de las que tiene más encanto y belleza o Es Baluard y la torre de vigía que hoy es el ayuntamiento.

Por otro lado, nadie se puede ir de Cadaqués sin pasear por “Las ribas”, el paseo construido en 1910 junto al mar que permite contemplar la arquitectura de estilo modernista de la zona, como la Casa Serinyana, la más famosa del pueblo.

Aunque es la Plaça del Passeig el lugar de encuentro más emblemático para este tipo de edificaciones y una parada obligada para recrearse la vista. Del mismo modo, la Casa-museo de Salvador Dalí también es de obligada visita y por motivos que se explican solo.

Situada en la bahía de Portlligat, al norte de Cadaqués, es donde el artista construyó su casa-taller uniendo siete cabañas de pescadores. No todos los días tiene acceso uno al lugar donde un genio ha creado algunas de las obras más famosas de la historia del arte.

Foto de portada | Saul Mercado

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