Si andas buscando una escapada de fin de semana con la que huir del bullicio prenavideño de las grandes ciudades, este pueblo con encanto medieval es una alternativa perfecta. Ubicado en la provincia de Soria, Calatañazor es una localidad preciosa en la que parece que el tiempo ha decidido detenerse por completo.
Se trata de una villa medieval prácticamente deshabitada, en la que quedan menos de 50 habitantes. A pesar de su despoblación, la visita es casi obligada si pasas por la comarca de las Tierras del Burgo, porque sus fachadas, calles empedradas y sus famosas chimeneas cónicas que recuerdan a la aldea de los Pitufos conquistarán a cualquier amante de los pueblos de montaña.
Calatañazor es un pueblo diminuto, pero conserva toda la belleza y grandeza del siglo XI, cuando era famoso por considerarse la frontera entre cristianos y musulmanes en Castilla. Quizá por eso ha enamorado al mismísimo National Geographic, que lo considera uno de los pueblos bonitos imprescindibles de Soria.
Si quieres saber cómo llegar a Calatañazor, tienes que coger la N122 de Soria a Valladolid y tomar el desvío por la SO-P5026. Lo encontrarás a 33 kilómetros de la capital y lo reconocerás por las murallas casi intactas que rodean el pueblo, con dos entradas para subir a la ciudad.
Castillo de Calatañazor
Una vez llegues a la localidad, hay varios imprescindibles que podemos ver allí. Comenzamos por el Castillo de Calatañazor, ubicado en lo alto de un peñasco, con su torre homenaje y arquitectura del siglo XIV y XV. También merecen una visita la Iglesia de Nuestra Señora del Castillo de estilo gótico, la Ermita de la Soledad o los restos de calzada romana que quedan pegados al río.
Murallas de Calatañazor
Fotos | Turismo Castilla y León, Ayuntamiento de Calatañazor.
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