Es el pueblo medieval más bonito e infravalorado de Cáceres: con dos catedrales, una muralla y bañado por el río

Extremadura es una de las comunidades de España más infravaloradas como destino de escapadas y vacaciones. Sin embargo, es una auténtica joya no masificada para disfrutar de las ciudades medievales más auténticas y las ruinas romanas mejor conservadas. Mérida o Trujillo son buenos ejemplos de ello, pero no el único. Plasencia también combina naturaleza y tranquilidad con un patrimonio impresionante y una gastronomía de categoría.

Al norte de la provincia de Cáceres, a orillas del río Jerte, en un lugar estratégico que hace de “puerta” de entrada a las comarcas del Ambroz, Jerte y La Vera, se ubica Plasencia. De ella, prácticamente, solo hace falta decir que posee diversas zonas declaradas Conjunto Monumental desde 1958 para saber que merece la pena visitarla.

La localidad fue habitada por romanos y árabes hasta que en el siglo XII Alfonso VIII la reconquistó y repobló. Así que, como buena ciudad medieval, la arquitectura de Plasencia destaca por un entramado urbano que tiene como eje la Plaza Mayor.

De ella salen las principales calles que nos llevan hasta la muralla, esto hace que la plaza sea un punto de partida ideal para conocer la villa. Calles sinuosas, callejones ciegos, rinconadas angostas. Plasencia es una ciudad para pasear descubriendo por sus recovecos palacios, iglesias y conventos, plazas y plazuelas...

Su trazado medieval se nos muestra claramente también en los restos de sus murallas, entre los que destacan torreones y puertas, como la del Sol o el postigo de Santa María. A partir del siglo XV, la nobleza de la región se traslada a Plasencia, configurando su fisonomía actual. Palacios, casas nobles e importantes construcciones religiosas rematan un singular barrio monumental.

Entre sus monumentos más representativos destacan sus dos catedrales, la Catedral Vieja cuya construcción se inició en el siglo XIII y la Nueva, que data del siglo XVI; la Iglesia de San Martín o la de San Pedro; el Convento de Santa Clara o el de las Carmelitas Descalzas; el Palacio Episcopal o el Barrio Judío.

El antiguo convento de Santo Domingo, en pleno centro histórico medieval, acoge actualmente el Parador de Turismo de Plasencia. Situado dentro del recinto amurallado de Plasencia, es un lugar perfecto para descansar durante el viaje y conocer la excelente gastronomía extremeña.

Además, los amantes de la naturaleza tienen cuatro rutas para hacer senderismo. Un de las más bonitas transcurre por la parte sur, por el Cementerio Judío y bajando por el río hasta llegar al Parque del Cachón y el Arroyo Niebla. Aunque también es muy interesante la que recorre los principales parques de la localidad. Esta comienza en el Parque de la Isla y sigue por Torre Lucía, Parque de Los Caídos, Parque San Antón, Parque de la Coronación y Parque de Los Pinos.

Foto de portada | santiago lopez-pastor

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