Qué hacer en Zamora si llueve: cuatro planes B imprescindibles para conocer esta ciudad medieval de Castilla y León

Zamora tiene un imponente casco antiguo que se caracteriza por su importante legado de arte románico. Y es que, esta pequeña ciudad ubicada a orillas del río Duero tiene un gran pasado medieval que se traduce en murallas, palacios y templos. Aunque no podemos conocer Zamora sin participar también de sus tradiciones, como la celebración de la Semana Santa (fiesta declarada de Interés Turístico Internacional), su gastronomía o esos planes B que solo se nos ocurre hacer cuando llueve.

Castillo de los condes de Benavente

Construido en el s. XV como castillo-palacio por el cuarto Conde de Benavente (Don Rodrigo Alonso Pimentel), es también conocido como Castillo de Puebla de Sanabria. Tiene una barrera con amplias torres y cámaras de tiro abovedadas y un singular patio de armas. En su interior se encuentra el Centro de las Fortificaciones, donde el visitante puede conocer de forma amena la historia del castillo y de la villa, así como el resto de las fortalezas de la provincia.

Museo naval Grand Central

El Grand Central, en Pobladura del Valle, es un museo de Ingeniería naval y ferroviaria, obra del artista José Luis Blanco García. Recibe este nombre porque recrea en su interior la estación de trenes neoyorkina Grand Central, con sus niveles subterráneos. Contiene una muestra de buques de guerra, acorazados y portaaviones junto a piezas de artillería y una gran maqueta de trenes hechos a escala.

Monasterio Sancti Spiritus

Fundado en 1316 por Doña Teresa Gil, en el se encuentra, entre otros, el sepulcro de Doña Beatriz de Portugal, una bella obra realizada en alabastro. En su interior se pueden contemplar bellas armaduras moriscas, una colección de sargas del s.XVI y un destacado museo de arte sacro.

Bodegas Fariña

En bodegas Fariña todo empezó con un sueño y una ilusión: elaborar un vino que expresara la personalidad de Zamora y la transportara por el mundo. Se trata de una bodega familiar pero con un gran equipo de profesionales. Apegados a la tierra y sus raíces, orgullosos de estar entre los fundadores de una denominación de origen: Toro. Cultivan más de 300 hectáreas de viñedo propio donde practican una viticultura moderna, sostenible y tecnificada.

Foto de portada | Rui Alves