¿Quién no ha soñado alguna vez con ser dueño de su propia isla privada? Suena a ambición de multimillonario de otra época, con su isla en el Caribe a la que escaparse de vez en cuando. Pero hoy hemos descubierto que para poseer una isla privada no hace falta contar nuestra fortuna en millones. Quien tenga presupuesto para hacerse con un apartamento en el centro de cualquier gran ciudad, podrá encontrar asequible comprar la isla de Linga, situada al norte de Gran Bretaña, en el archipiélago de las Shetland, a medio camino entre Escocia y Noruega.
No es la opción ideal si lo que nos atrae de una isla privada es la idea de pasarnos el día en bañador, pues las temperaturas de la zona son gélidas en invierno y bastante frías en verano. Pero si la idea es ser dueño de una isla, sin importarnos el clima, estos 64 acres (más o menos un cuarto de kilómetro cuadrado), están a la venta por 250.000 libras (unos 281.000 euros).
Nadie la ha habitado desde 1934, y en la isla solo quedan en pie dos construcciones en ruinas. Precisamente, restaurar esas construcciones es una de las pocas obras que los futuros propietarios puedan hacer en la isla, ya que está protegida y no se permiten nuevas edificaciones, solo algunos elementos eco friendly, como un embarcadero, un invernadero o mejoras en la agricultura.
El pueblo más cercano es Walls, a un corto paseo en bote, y con una población inferior a los mil habitantes. Sin duda, un oasis de tranquilidad y silencio, perfecto para quienes sueñen con perderse allí donde nadie pueda encontrarlos.
Imágenes | Neil Risk.
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