Todas las joyas ocultas que puedes visitar en Portugal: desde una misteriosa villa palaciega hasta islas paradisíacas

Portugal es un destino internacional que tenemos tan cerca en España que la frontera se puede hasta cruzar en tirolina. De hecho, son los dos únicos países del mundo en los que se puede entrar y salir de esta forma. Se trata de un viaje de, aproximadamente, un minuto en el que se alcanzan velocidades de entre 70 y 80 kilómetros por hora para salvar los 720 metros de distancia que median entre Sanlúcar de Guadiana y Alcoutim y en el que, además, se le gana una hora al reloj de un un simple salto. Y es que, compartiremos península y algunos rasgos culturales, pero viajar al país vecino es una experiencia de todo menos aburrida.

Cinco ciudades portuguesas cerca de España que podemos visitar en una escapada

Aunque después vayamos a hablar de joyas ocultas, empecemos primero por Lisboa, la capital portuguesa, que no por conocida es menos bella. Es, sin duda, un lugar del que enamorarse. Además, no solo podemos llegar en avión, desde Madrid está a menos de seis horas de viaje en coche. Se le conoce como la ciudad de las siete colinas y tiene de todo: costa, una historia maravillosa por descubrir llena de monumentos y una gastronomía alucinante en la que encontramos mucho más que los pasteles de Belem que se han puesto tan de moda últimamente.

También podemos aprovechar el viaje a Lisboa para visitar Cascais, un pequeño pueblo costero que era el lugar de vacaciones de la nobleza y que aún conserva algunas de sus preciosas mansiones de la época, y Óbidos, conocida como la ciudad literaria del país.

Oporto, la segunda ciudad más importante de Portugal, está a poco más de 5 horas y media de la capital española y es un lugar perfecto para una escapada de un par de días. Los preciosos azulejos que adornan sus calles, el casco antiguo, las casas de colores, la moderna calle Miguel Bomdarda... Se trata de una ciudad llena de vida y de historia en la que la gastronomía es vital.

Considerada una de las ciudades medievales de Portugal más bonitas y declarada Patrimonio de la Humanidad, Guimaraes es un imprescindible en el que perderse. Está a tan solo media hora de Oporto y sus callejuelas empedradas y edificios históricos te harán sentirte en otra época. Eso sí, no te vayas sin subir en funicular a la cima de la Montaña da Penha para disfrutar de la increíble vista panorámica que hay desde el santuario situado en la cima.

Fundada por los romanos en el 16 a.C., Braga es una de las ciudades más bonitas de Portugal. Se encuentra cerca de Vigo, a unas 5 horas y media de Madrid en coche y tiene un rico patrimonio arquitectónico, arqueológico y cultural. Más de 40 iglesias barrocas, museos y otros edificios históricos entre los que perderte. No te pierdas el Santuario del Bom Jesus da Monte que está a 5 kilómetros de la ciudad y está declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

Ubicada en el centro del país y conocida como "la Venecia de Portugal", Aveiro está a unas 5 horas de Madrid en coche. Perderse entre sus calles llenas de encanto debería ser motivo más que suficiente para ir pero, además, tiene interminables playas de arena fina y un barrio de pescadores absolutamente ideal: Beira Mar. Mención especial a su gastronomía dedicada al pescado y marisco de la zona.

Madeira y las Berlangas, el paraíso hecho islas

Como estamos viendo, el país vecino es mucho más que Oporto, Lisboa y el Algarve... También esconde tesoros como las Islas Berlengas. Son un pequeño archipiélago compuesto por islas de granito que se encuentran al oeste de Cabo Carvoeiro en Peniche, en la costa de Portugal. Berlenga Grande, Estelas y Farilhões-Forcados son los tres islotes que forman este territorio considerado reserva natural.

Para acceder a estas islas hay que viajar en barco desde Peniche. No obstante, llegar a este pueblo es sencillo y hay autobuses públicos desde Lisboa y Oporto. También podemos ir con nuestro propio vehículo. Eso sí, Berlengas no puede recibir a muchos visitantes a la vez. Sobre todo, al ser considerado reserva natural, por lo que las oportunidades y opciones para pasar la noche son muy limitadas. Se aconseja dormir en Peniche.

El Fuerte de São João Baptista está situado en Berlenga Grande. Gracias a su estructura militar, es la construcción más popular del archipiélago y su monumento más emblemático. No obstante, los amantes de los faros tienen una parada obligatoria en la misma isla: el Faro Duque de Bragança. Con una altura de 29 metros y un alcance de 27 millas náuticas, fue construido en 1758 por el Marqués de Pombal.

El Bairro dos Pescadores es el único pueblo en todo el archipiélago de Berlengas. Está ubicado en la vertiente sur de la llamada Ilha Velha, lugar donde alguna vez existió el Monasterio de la Misericordia. Aquí encontramos un restaurante, un minimercado, Praia da Berlenga Grande (otro punto a tener en cuenta) y los baños públicos de la isla.

Situada en mitad del Atlántico, Madeira es una de esas islas made in heaven que encuentran en su explosiva naturaleza una de sus mejores virtudes. Hay quien incluso lo llama el “Hawaii del Atlántico”, pero es mucho más. Además de sus paisajes impresionantes y acantilados de postal, tiene dos de las mejores playas de Europa (la playa de Porto Santo y la playa de Seixal) y es conocida por su gastronomía y sus rutas de senderismos, además de por haber sido elegida un año más como el mejor destino insular del mundo.

Por si todo esto fuera poco, en junio se viven las Fiestas de los Santos Populares, una celebración relacionada con el solsticio de verano y en el que se rinde a tres santos (San Antonio, San Juan y San Pedro), y toma forma con la Rua de Figueira Preta, Travessa dos Reis, Rua da Conceição y la Praça do Carmo. Además, tiene lugar el llamado Festival del Atlántico, que señala el inicio de la temporada de verano en Madeira.

Tres destinos no tan conocidos de Portugal

Si te mola lo royal; la estética de los cuentos de hadas y/o los misterios históricos, hay una villa verdaderamente encantadora a 25 kilómetros de Lisboa que cumple con todas estas características y que se llama Sintra. Con monumentos declarados Patrimonio de la Humanidad, los viajeros que han pasado por ella aseguran que merece la pena dedicarle un día, incluso cuando solo se va a pasar un fin de semana en la capital de Portugal. Y es que este paraje de arquitectura característica, integra a la perfección palacios y jardines, castillos y bosques.

Lagos es una ciudad que se encntra ubicada en el Algarve occidental. Famosa por sus playas rocosas y sus acantilados, también tiene un marcado carácter histórico con su precioso centro histórico amurallado (que data de la época de los romanos). Y es que se trata de un lugar que se presta tanto a escapadas de fin de semana, como al ocio nocturno.

La atracción más importante aquí es Ponta da Piedade: una zona de acantilados y rocas de más de 20 metros de altura que se recorre siguiendo un camino de piedras que llega hasta el agua. Aunque, además de hacer senderismo, se puede reservar un paseo en barco por las cuevas o hacer un tour en kayak.

A orillas del Mondego, Coimbra fue la capital medieval de Portugal durante más de cien años y es famosa por tener la universidad más antigua de Portugal y una de las más antiguas de Europa. Así que, con el paso del tiempo, ha modelado su identidad en torno a ello, convirtiéndose en “la ciudad de los estudiantes”. Durante el día, la vida fluye tranquilo pero. por las noches, la puesta de sol consigo una fiesta interminable.

Su casco histórico se compone de pintorescos edificios que abarcan casi un milenio de historia, desde el morisco Arco de Almedina, ubicado al pie de la ciudad, hasta la Torre del Reloj, que corona el patio de la antigua universidad. Mientras que en la parte moderna de la ciudad se encuentran modernos parques con terrazas, bares y restaurantes al lado del río, un fantástico puente peatonal, grandes centros comerciales, y todo lo que se puede esperar de una ciudad europea importante.

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Fotos | iStock y Unsplash