El túnel más enigmático de España: llueve cuando entras y brilla un sol resplandeciente al salir en muy pocos minutos

Si te gusta conducir, te van a entrar muchísimas ganas de recorrer esta ruta. Y es que hay un viaje por carretera muy mágico en España (probablemente el que más). Se encuentra en las Islas Canarias y el protagonista es un túnel en el que sucede algo que parece brujería. Solo te anticipamos que el nombre por el que se le conoce popularmente parece más el de una atracción de feria, porque estamos hablando del "túnel del tiempo'".

Antes de que te ilusiones, no se llama así porque sea un agujero de gusano por el que se pueda viajar al pasado o al futuro, pero sí que consigue que te sientas teletransportado de un sitio a otro del mundo. Y es que aquí se produce un fenómeno meteorológico muy curioso.

En la isla canaria de La Palma es donde se encuentra el túnel de La Cumbre, por su nombre oficial. Con sus 2.665 metros de longitud es el segundo más grande de las Canarias. Su función es conectar el este con el oeste de la isla a través la carretera LP-3.

Sin embargo, aunque contado hasta aquí no parece para tanto, en el recorrido de apenas unos minutos que se tarda en cruzarlo, el túnel pasa a una altura de 700-900 metros. Así que, lo que sucede es que es muy habitual que el clima sea radicalmente opuesto a la entrada y a la salida. Algo que desconcierta y llama la atención de cualquiera.

De este modo, el día nublado, gris y medio chispeando que habíamos dejado atrás al entrar en la oscuridad del túnel se transforme sin ningún tipo de lógica ni sentido en un día en el que brilla un sol radiante y en el cielo no hay ni una nube. Claro que, aunque sea romper la magia, este no es un caso para Iker Jiménez sino que la ciencia tiene una explicación.

El truco es que el túnel atraviesa un sistema montañoso que bloquea el paso de la nubes. De hecho, es un fenómeno habitual en todas las islas del archipiélago canario cuando una masa de aire frío y húmedo sube por la ladera de una montaña húmeda y con viento (barlovento), dejando a su paso lluvias.

Sin embargo, cuando ese aire llega a lo alto de la cumbre y empieza a bajar va ganando en temperatura, provocando una ausencia de nubes en la otra ladera seca y sin viento (sotavento). De ahí ese cambio tan radical que sorprende a los viajeros, que ya incluso se decepcionan si no ocurre cuando lo atraviesan.

Otra experiencia más para vivir en un lugar apodado como la Isla Bonita y que ya de por sí destaca por sus cielos estrellados, bosques milenarios, playas y piscinas volcánicas.

Foto de portada | Ivan Borisov

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