Es perfecto para una excursión de un día en la que conocer la región vinícola de Portugal
Crucero y viaje en tren podrían ser antónimos. No solo porque el primero contamina mucho y el segundo poco ni tampoco porque uno sea un medio de transporte marítimo y el otro terrestre. Lo que hila todos estos argumentos es que ambos tienen algo en común: ambos permiten conocer y disfrutar de los lugares que se interponen entre el lugar de salida y el destino. Además, tenemos la suerte de vivir en un continente que es geográficamente perfecto para conocer por diferentes países en un único viaje en tren.
Un buen ejemplo de todas las posibilidades que el tren tiene que ofrecer en Europa es el famoso Eurail Global Pass. Sin embargo, en esta ocasión vamos a hablarte del que es uno de los ferrocarriles más pintorescos de Europa. Se trata de la Linha do Douro. Recibe este nombre porque serpentea a lo largo del río Douro desde Oporto hasta Pocinho (que se encuentra a solo 50 km de la frontera con España) a lo largo de 160 km.
Esta línea ferroviaria se inauguró en 1875 y el tren data de 1925, aunque la mayoría de los cinco vagones con los que cuenta cuenta son de 1940 y 1970. Algo muy curioso es que hasta 1988 tuvo una parada extra en Barca de Alba, desde donde se podía seguir hasta Salamanca.
A día de hoy, esta sigue siendo una forma muy original y romántica de conocer Portugal fuera de sus lugares más famosos y es que este tren atraviesa la región vinícola de Portugal. Esto quiere decir que, desde las ventanas del tren podemos contemplar los viñedos en terrazas y quintas tradicionales y las bodegas vinícolas.
Lo mejor es que es un trayecto que se puede hacer como una excursión de ida y vuelta en el día, además de poder parar en los pueblos a orillas del río y realizar vistas guidas y catas de vino, sin tener que conducir después. No obstante, de todo el Valle del Duoro, el pueblo con más encanto es Pinhão.
Desde Oporto, se tardan dos horas y veinte minutos en llegar. Ya de entrada, recibe a los viajeros una coqueta estación de ferrocarril. El resto son campos de viñedos que rodean su diminuto casco urbano y que se pueden contemplar en una bella postal desde el mirador de Casal de Loivos. También merece mucho la pena hacer un viaje en barco por el río.
Aunque la ciudad más grande del valle es Peso da Régua, desde donde muchos cruceros parten río arriba hasta Pinhão. No obstante, hacia el sur se encuentra Lamego, una ciudad encantadora que es famosa por albergar la Iglesia de Nossa Senhora dos Remédios.
Foto de portada | Pablo Nieto Abad
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