No se inventaron ayer, las llevaban ya los gladiadores romanos hace más de dos mil años, confeccionadas en cuero y bien ajustadas a la pierna les permitían tener bien sujeto el pie y luchar con sus espadas sin preocuparse por tropezarse o caer al suelo. La moda es también historia, en caso de que quede alguien que todavía no lo sepa. Observar la evolución de la moda, es observar la evolución de la humanidad (y siento ponerme trascendental).
En Roma el calzado también indicaba clase social. Los cónsules usaban zapatos blancos, los senadores zapatos marrones prendidos por cuatro cintas negras de cuero atadas con dos nudos, mientras que el calzado de las legiones eran los botines que descubrían los dedos. Los gladiadores, una especie de luchadores profesionales que peleaban en los coliseos para entretener al público, y que normalmente eran esclavos, prisioneros de guerra o condenados por algún delito grave, llevaban sandalias que les llegaban en algunos casos hasta la rodilla.
De los fosos han pasado con el tiempo a las calles, y se han convertido en un hit imprescindible, de día y de noche, en todas sus versiones. Las hermanas Olsen, Lindsay Lohan, Nicole Richie o Gwyneth Paltrow son algunas de las celebrities que se han apuntado a la moda de llevar los pies bien atados, y la verdad es que además de una opción muy estética me parece alo muy práctico porque las que somos de tobillo flojo ya no corremos el riesgo de tambalearnos.
Vía | people