Cuando termina un año, es normal echar la vista atrás y hacer balance. Es una época para hacer listas, “top 10” y escoger “lo mejor de”. Si en diciembre hubiese hecho un post con el título que lleva éste, a nadie le hubiese extrañado, pero que recién estrenado febrero, y con todos los meses que quedan para terminar el año, me atreva a decir que esta portada de Vogue Italia será la mejor de 2008, puede desconcertar a cualquiera por lo osado de la afirmación.
Os diré por qué no tengo ningún reparo en hacerlo: la portada es genial. Quizás al terminar el año no sea la más genial de todas, pero sí estará entre las primeras, y cuando toque hacer balance de lo que ha sido el 2008 (en lo que a publicaciones de moda se refiere) nos acordaremos de esta portada.
Tampoco es de extrañar. La edición italiana de la revista Vogue siempre ha destacado por su apuesta artística, que firma el fotógrafo Steven Meisel, responsable de pequeñas joyas como el editorial de los retales “Vogue Patterns”. En esta ocasión, las modelos Agnete Hegelund y Kamila Filipcikova posan al más puro estilo campesino y con una cabrita como complemento, algo que ya habíamos visto.
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