Me gusta Miley Cyrus. Me cae bien. Provocar es divertido, siempre que no se te vaya la mano, sepas quién eres, dónde estás y qué quieres hacer con tu vida, el problema es que no sé si ella tendrá la cabeza tan bien amueblada. A mi me parece bien que quiera quitarnos de la cabeza a Hannah Montana, yo de hecho, ni me acuerdo y con todo lo que está haciendo pocos se acordarán ya. Ella es Miley y todo el mundo habla de ella. Es su momento.
A lo que íbamos. El vestido que lució anoche en la gala Night os Stars me pareció divino. Quiero ya un vestido largo con tirantes espaguetis. El suyo lo firma Marc Jacobs, está repleto de lentejuelas verdes y el único trozo de piel que enseña es la espalda. Sexy pero discreto para lo que suele llevar ella.
Había más invitadas, pero para qué os voy a mentir, yo con Miley ya tengo mi favorita. Alexa Chung llevó un traje de Christopher Kane.
Kate Upton parecía su madre con ese vestido granate y los zapatos más horrorosos que he visto en mucho tiempo, aunque llevar el peinado con un ligero tupé me pareció una decisión acertada.
Sofia Coppola me empieza ya a cargar con su look monjil.
En el polo opuesto, Zoe Kravitz con el cropped top más corto que recuerdo haber visto últimamente.
Y a Doutzen Kroes le sientan estupendamente las transparencias porque tiene tipazo, por eso es una de las modelos mejor pagadas del mundo.
Hasta aquí llega la historia de la noche donde Miley Cyrus fue la mejor vestida de la fiesta.
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