Siempre que hablamos de Diane Kruger es sinónimo de elegancia y sofisticación. Y una vez más se ha convertido en la más acertada del segundo día del Festival de Cannes.
La actriz acudió a la premiere de Sleeping Beauty como una burbuja freixenet pero en versión sofisticada, ya que eligió un diseño dorado firmado por Calvin Klein. Un modelo ajustado que marcaba su enviadiable figura, con la espalda al aire y cola, el detalle que convierte a los vestidos en dignas piezas de ser lucidos sobre una alfombra roja.
Lo que no me convence es el peinado, ya que da la sensación de ir despeinada, quizá por la ligera brisa de la ciudad francesa, pero a Kruger se le perdona.
Por la mañana posó con un estilismo primaveral de colorines en tonos azules, que combinó con unos llamativos oxford bicolor muy masculinos, en blanco y puntera marón, y calcetines cortos, un complemento que lo veo poco acertado.
Fotos | Gtres
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