Todos los días vemos anunciadas en televisión bebidas isotónicas publicitadas como "recuperadoras tras el esfuerzo". Pero, realmente, ¿cuáles son los beneficios de estas bebidas? ¿Son necesarias cuando hacemos ejercicio?
Partiremos de la gran importancia de la hidratación para nuestro cuerpo: beber al menos dos litros de agua al día es vital para el bienestar de nuestro organismo. Tened en cuenta que somos agua en un 65%, y que el líquido que ingerimos sirve para hidratarnos, mantener el PH del cuerpo y también para limpiar toxinas.
Los dos componentes que hacen diferentes a las bebidas isotónicas de otros refrescos son las sales minerales, que ayudan a la mejor absorción del agua por parte de nuestro organismo, y los carbohidratos de asimilación lenta, que nos proporcionan energía a largo plazo.
Cuando hacemos ejercicio, sobre todo si es cardiovascular, sudamos y perdemos una gran cantidad de sales minerales. Las bebidas isotónicas colaboran a reponer estas sales: esto es importante, ya que la falta de las mismas puede causar debilidad muscular y contracturas severas.
Por lo tanto, apuntad: mejora de la función renal para limpiar nuestro cuerpo, mejora de la respuesta de los músculos frente al esfuerzo y reducción de la fatiga. Estos son los tres beneficios principales de las bebidas isotónicas.
Y vosotras, ¿qué bebéis mientras estáis entrenando?
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