Que el botóx es uno de los compuestos estéticos más de moda y solicitados en los últimos tiempos no es ninguna novedad.
Esta toxina fue ideada en el principio para controlar los espamos musculares, pero se descubrió que infiltrándo el compuesto debajo de la piel se conseguía además de su principal objetivo terapéutico, una piel lisa, minimizando la expresividad y por tanto consiguiendo la desaparición temporal de las arrugas.
Sin duda en su día fue toda una revolución, pero el hecho de que fuera mediante infiltración y se requiera el pinchazo con una aguja en determinadas zonas de la cara hacía que a muchas personas se les quitara la idea de la cabeza y prefirieran convivir con naturalidad con sus arrugas.
Las grandes empresas no pierden el tiempo ni el dinero y saben que si son capaces de eliminar las agujas y las infiltraciones en este tipo de tratamientos y conseguir al mismo tiempo unos resultados parecidos el éxito lo tendrán asegurado, así que ya está en marcha lo que será la primera crema basada exclusivamente en el botox, que de momento está en fase experimental pero que cuenta con resultados más que aceptables para poder ser utilizada en un tiempo relativamente corto.
Evidentemente su eficacia es menor que si la inyectásemos directamente, pero al ser en formato gel su penetración es también aceptable, con una duración de sus efectos de aproximadamente 6 semanas y cuya aplicación sólo podrá ser realizada por un dermatólogo, ya que no puede ser administrada en ciertas zonas.
Esta pomada en formato gel no tiene nada que ver con las supuestas cremas de botox que se pueden encontrar ahora mismo en el mercado, cuya efectividad está más que en entredicho ya que aunque aparezca el nombre de la toxina en el producto, su funcionamiento y sus efectos nada tienen que ver con el botox tradicional.
Imagen | Josh Liba
Vía | El Mundo
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