Pintarse los ojos a diario supone una carga para la piel a la hora de desmaquillarlos. No olvidemos que por lo general nos aplicamos sombra y rimmel, como poco, por no hablar quizá de un primer o base de sombras (para que duren más y no se cuarteen), khol, corrector e incluso maquillaje de cejas.
Este es un tema que siempre me ha preocupado debido a la fragilidad de la piel de dicha zona, que normalmente mimamos con cremas e incluso masajes pero que, a la hora de coger un disco desmaquillante y un poco de desmaquillador de ojos, a veces tratamos con cierta rudeza.
Hace unos años asistí a un curso de maquillaje de la firma Clinique en la que nos enseñaron a desmaquillarnos con suavidad dicha zona. La técnica empleada era la siguiente:
Se empapa un disco desmaquillante en líquido desmaquillador y se posa sobre el párpado, sin restregar, manteniéndolo así unos segundos. Después se da una pasada con el mismo para retirar la mayor parte del maquillaje. En ningún momento hay que frotar ni, como digo, restregar, sino sólo aplicar el disco sobre la piel, dejar unos segundos y luego retirar el maquillaje haciendo un poco de fuerza.
El maquillaje de las pestañas es bastante más resistente, por lo que hay que coger un bastoncillo de algodón para los oídos, empaparlo en líquido desmaquillante y retirarlo suavemente con el mismo, pasándolo por las pestañas hasta que quitemos toda la máscara de pestañas.
Sin embargo hay algunas ocasiones en que aún quedan rastros de maquillaje, como por ejemplo cuando el maquillaje que se ha aplicado en los párpados es demasiado elaborado o cuando el rimmel es waterproof. En ese caso lo ideal es terminar la limpieza con el jabón desmaquillador que utilicéis y frotar muy suavemente los párpados hasta la total disolución de los restos.